Rock en Conce -REC- El vínculo entre Vida y Rock
A propósito del Recital de Rock en Conce (REC), es increíble ver como en un solo lugar pueden converger miles de personas tan diversas sin poner acento en sus diferencias, sino por el contrario, centrándose en aquello que los une. El Rock, el regalo de la música como un vínculo que cubre cual si fuera un gran abrazo a niños, adolescentes, adultos, ancianos, ciclistas, animalistas, carnívoros, veganos, punks, metaleros, poperos, motociclistas, peatones… en fin, como algo que cubre a quienes aman la vida, a quienes disfrutan de la vida y de los regalos que esta nos entrega. Algo bueno pasa en Conce, algo bueno que hace que su gente salga a disfrutar del aire libre en los parques , a escuchar música y a conversar con quien tiene al lado aunque no lo conozca, algo pasa que permite que esta ciudad sea un constante fluir de músicos, escritores y artistas en general, lo cual le da un sello, un particular sello que lo ponen quienes la habitan y que busca cubrir todos los espacios poniendo en ellos signos de vida, que pueden ser imágenes, letras o, como en este caso, música Rock. Al parecer en Conce el Rock va más allá de los riffs de guitarra o de las letras rupturistas, y comienza a buscar caminos que van más en línea con los grandes temas que hoy nos inquietan como sociedad, temas como el medioambiente y todo lo relacionado con un mejor vivir, lo cual se traduce como mensajes en las canciones y manifestaciones artísticas de la más amplia gama. El viejo y querido rock nacido allá por la década del 50 no tiene fronteras, no tiene límites y es una manifestación de quienes habitamos el planeta, ese viejo y querido Rock hoy en Conce nos quiere entregar un nuevo mensaje, uno que nace de una ciudadanía heterogénea, inquieta y pujante que busca posicionar mensajes de esperanza, mensajes del alma que afloran en este particular y cada vez más contradictorio y entretenido siglo XXI. En el mundo de la tecnología, del internet, de los juegos virtuales y de la comunicación instantánea, los seres humanos seguimos necesitando algo que nos haga vibrar, que nos motive y emocione, necesitamos la música que es capaz de trasladarnos a lugares, que nos conecta con aromas y sabores y que es capaz de llevarnos a emociones que nos hacen ver el mundo desde una perspectiva diferente. REC (Rock en Conce) fue un concierto rock que transformó un día sábado en una conexión con la vida y con el IST quisimos estar allí. Gerencia de Prevención del Instituto de Seguridad del...
Leer másAprendiendo de los caballos
Aprender de los caballos…. ¿aprender de los caballos?!! Me pregunté con algo de sorpresa cuando nos llegó la invitación para tener una jornada de trabajo en equipo… con caballos. Sonaba interesante y desafiante! Partimos tempranito, todos los que conformamos este equipo de la Gerencia de Desarrollo Humano del IST, de personas que trabajamos con personas. La perspectiva de ir a trabajar al campo, con caballos, a hacer algo distinto, nos llenaba de alegría. El sol de invierno que asomaba de los cerros de Chacabuco nos daba la bienvenida a este día de trabajo distinto. El frescor de la mañana, el ‘olorcito’ a campo, los espinos amaneciendo entre la bruma, nuestra algarabía al llegar y nuestras ganas de estar allí, todo hacía que presagiara “hoy puede ser un gran día”. “Los caballos y nosotros somos mamíferos, ambos necesitamos a la manada… sin embargo, la gran diferencia es que ellos son herbívoros y nosotros depredadores…”. Esas palabras del instructor calaron hondo en mí. – ¿Qué significado profundo tendrá esto que él dice? – pensé sin sospechar que esas palabras que no terminaba de entender aún serían la simiente de mi aprendizaje ese día. Y nos fuimos al potrero, allá al territorio de los caballos. Y creyendo que podía atrapar a uno de ellos (dada mi experiencia de haber montado caballos, por trabajo o por paseo, en algunas épocas de mi vida) me dispuse a ofrecerme para el primer desafío! Entré al ruedo, bien cancherita yo, a atrapar a mi presa. ¡Así lo estaba viendo!. Él la presa, yo el depredador. Desde allí nada fue posible. Yo me acercaba sigilosamente para ponerle un lazo al cuello y él se iba veloz, bello, brioso, vital. Como diciéndome ¡así no lo vas a conseguir!. Ahora comenzaban a cuajarse en mí las palabras iniciales del instructor. ¿Qué clase de depredador estoy siendo? No es el que se come a la presa, ese no, sin embargo siento mis ansias de dominio, mis ganas de ganarle, mi supremacía intelectual, mi expectativa de ser reconocida por mis compañeros como “la que pudo atraparlo”, mi frustración por no poder lograrlo. Mi completa humanidad, con sus luces y sobre todo con sus sombras, puesta de manifiesto allí en el potrero!! Uff! Parece que esto no se hace así… o más bien parece que hay un lugar distinto en donde quisiera pararme (de parada frente al mundo) para poder intentarlo. Entonces algo comenzó a pasarme. Tal vez el hecho de pensar en ese lugar distinto me abrió un portal para entrar a ese “estar nuevo”. El mismo potrero, distinta “parada”. ¿Quién es esa parte de mi que estaba ahora allí? No es la que quiere ganar y llevarse los aplausos de los compañeros. No, esa no es. Es una que, de sopetón, comprendió mas allá de su entendimiento, que no tiene para qué dominar, que ni siquiera se trata de dividirse en dominador y dominado, que tampoco se trata de atraparlo sino de que me regale el privilegio de su mansedumbre y su confianza. Quiero ser confiable para él! Se me paran los pelos… lo que me surge es respetarlo aquí, en su potrero!.. Lo que me acontece es acompasar su ritmo en silencio…lo que comienza a sucederme es presentarme ante él, mostrándole mi alma sin dobleces y él, como sabiendo que tocó mi ser, responde mirándome con sus ojos de uva, dándome permiso para acercármele. Qué honor la delicadeza de este encuentro mamífero, cuando me deja tocarlo!!. Sin miedo él, sin miedo yo, confiando en la sabiduría natural del lugar, de los cerros, de los espinos, de la brisa, del...
Leer másBaile y palabras
¿Cómo habrá sido el mundo sin palabras? Seres humanos caminando descalzos aún sobre la hierba, acercarse a un árbol y sólo tocarlo ¿Tocarlo sin palabras? ¿Imaginas eso? ¿Puedes imaginarlo? Difícil ¿no? Pareciera ser que las palabras nos alejan de esa posibilidad. Así como nos abrieron el mundo de la consciencia de nosotros mismos, nos alejaron a su vez del fenómeno de ser uno solo con el universo: un sólo fenómeno con lo que nos rodea. Esos seres humanos no es que “tocaran un árbol”, pareciera ser que eran una sola cosa con ese árbol, por lo que no tocaban “otra cosa”, no había tal “otra cosa”, sino una sola cosa, ellos con el árbol, con la hierba, con las galaxias que veían asombrados por la noche, eran una sola cosa. Porque no había una palabra que lo separara de la experiencia. Cuando decimos árbol ya decimos, ya señalamos algo que está fuera de nosotros. Hoy hablaba con una amiga que me contó que estaba muy entusiasmada, porque se había inscrito en Kung Fu, en una escuela cerca de su barrio y pensé y le compartía que esa disciplina podría tener algo a la base, que pertenece a esta experiencia humana de estar sin palabras. Es una disciplina desde donde nacen, siento, muchas otras que se conectan con esta especie de danza que llega al hombre desde el silenciar lo lingüístico. La danza. Pareciera ser que en la naturaleza hay un movimiento, un ritmo. Porque las galaxias tienen un ritmo ¿no?, se mueven a un ritmo y no a otro. Y pareciera ser que nuestra naturaleza inmediata, la que nos rodea tiene también un ritmo, ciclo, como lo llamemos. ¿Cuál es nuestra relación consciente con ese ritmo?, un ritmo que parte en Andrómeda y pasa por el limonero que está en el patio, podría ser que a pesar que me ocurre, no soy consciente de él porque las mismas palabras, que me permiten mencionarlo, me alejan de la experiencia de vivirlo. Siento hoy que, así como disciplinas como el Kung Fu, la Biodanza y otras permiten acercarse a ese fenómeno, podríamos decir, también, que la poesía también lo posibilita. Aunque la poesía es lingüística, a su vez no lo es, por eso es tan diferente de otras expresiones con palabras. La poesía pareciera resignificar las experiencias, que han sido dichas desde la palabras, porque es lo “único que se tenía a mano para decirlas“. La poesía, así como la danza entonces, puede que busquen llevarnos al suceso del amor y no a la palabra amor. Abren la puerta también para respirar en el cuerpo el ritmo de las estrellas. Marco Bugueño Consultor Gerencia de Desarrollo Humano Instituto de Seguridad del...
Leer másClaveles por fusiles
En los años 70 la dictadura de Salazar seguía dominando Portugal. Las colonias africanas del Imperio Portugués, que ocupaban un territorio 22 veces mayor que Portugal, estallaron en revueltas, lo que obligaba a la dictadura a mantener el orden por la fuerza. La juventud tenía que pasar 2 años en las colonias y no había familia portuguesa que no tuviera un familiar en la línea de fuego, un inválido o un mutilado. Esta situación generaba conflictos entre la sociedad civil, cada vez más empobrecida y librando una batalla que sentía lejana, y la élite militar. Mientras tanto, sus vecinos europeos se descolonizaban y vivían momentos de crecimiento y bonanza económica. En este contexto de descontento nació, dentro del propio ejército, un movimiento clandestino de disconformidad llamado así mismo “Movimiento de las Fuerzas Armadas” (MFA) que poco a poco fue ganando aceptos deseosos de terminar con el régimen imperante, sabedores de que esto solo podía conseguirse con un golpe de estado, algo que querían hacer evitando a toda costa una guerra civil. La estrategia fue conseguir sigilosamente el mayor número de seguidores entre los militares, pero el cada vez mayor respaldo al MFA no pasó desapercibido a la Policía Secreta del Régimen lo que adelantó la fecha del golpe de estado, que tenía que hacerse rápidamente para evitar poner en alerta al Gobierno. Se acordó dar la primera señal para el levantamiento, a través de un conocido programa de la radio Portuguesa. La señal era la canción “Después del adiós” de Paulo de Carvalho y se retransmitió el 24 de abril de 1974 a las 22,55. La segunda señal,la de toma de posiciones fue otra canción, en otra emisora; esta vez Grândola, Vila Morena, una canción revolucionaria de José Alfonso, prohibida por el régimen. Se emitió al día siguiente, el 25 de Abril, a las 0:25 horas. A pesar de que en las siguientes horas de la madrugada se emitieron continuos llamamientos radiofónicos de los jefes del MFA a la población para que permaneciera en sus hogares y a la policía para no oponerse con el fin de evitar estallidos violentos, al amanecer de ese mismo día miles de civiles portugueses salieron a las calles en varias localidades con el objetivo de unirse a los militares sublevados. Una camarera, Celeste Caeiro, regresaba a casa cargada con los claveles de un banquete que se suspendió por la situación, cuando un soldado, desde uno de los tanques sublevados que aguardaba instrucciones en la plaza del Rossio en Lisboa, le pidió un cigarrillo. Cargada como estaba con los claveles, le dio uno. El soldado lo puso en el cañón del tanque y los compañeros repitieron el gesto colocándolos en sus fusiles como símbolo de que no deseaban disparar sus armas. Esta acción rápidamente se extendió por todas las ciudades de Portugal, donde multitudes cargadas de claveles, la flor de temporada, las entregaban a los soldados. A las 01:00 horas del 26 de abril, la televisión y la radio estatales comunicaron que el MFA encabezado por Spínola, había asumido el control de todo el país y que estaría encargado del gobierno a partir de entonces. Así, con claveles en los fusiles y en un solo día, sin disparar un solo tiro, los portugueses ganaron una revolución. El gesto entre Celeste Caeiro, con su clavel, y la respuesta del soldado al recogerlo, nos parece desde el IST un bello ejemplo de cómo una conversación abre posibilidades y transforma el mundo. Este levantamiento militar se conoce como La Revolución de los Claveles, en portugués Revolução dos Cravos, y provocó la caída en Portugal de la dictadura...
Leer másAprendizaje en un mundo de seres diversos
Por algún extraño motivo, los seres humanos tendemos a creer que todos pensamos, miramos y aprendemos de la misma manera. Parece que terminamos creyendo que somos XL, L, M o S. A mí me hacía mucho sentido cuando las tallas eran por números… 36, 38, 40, 42… creo que mi físico tenía más en común con los que usaban mi mismo número de talla que con los XL que hoy se mueven por el mundo, los cuales a veces son hasta 10 kilos más gordos, o 8 kilos más flacos, o más largos o más pequeños. O sea, la estandarización de tallas le es más útil al que vende la ropa que al que la va a usar, ya que el primero no se queda con grandes saldos de tallas 36 o 40; y el que tiene que pagar las consecuencias es el usuario, que al final tiene que aceptar mangas demasiado largas, o cuellos demasiado angostos, etc. Incluso han existido intentos por estandarizar al ser humano en lo que a enseñar y aprender se refiere. Bueno en eso les tengo malas noticias a quienes lo han intentado, ya que no todos los seres humanos aprendemos de la misma manera, hay personas más auditivas, otros visuales, e incluso hay kinestésicos que aprenden de diferente manera; con esto debemos sacarnos de la cabeza que un niño o un adulto es tonto porque no aprendió de memoria lo que estaba escrito en la pizarra, es obvio que ese método beneficia a los visuales y perjudica a otros que aprenden de manera diferente. Además hay otros elementos que hacen aún más complejo el panorama, estos elementos se refieren a que, debido a que en el mundo actual estamos sometidos a millones de estímulos a cada minuto, se hace evidente que para poder enseñar algo a alguien tenemos que captar su atención, cuestión difícil si mantenemos los métodos de las décadas de los 60, 70 , 80 o 90; épocas en las que si bien existía la radio y la televisión, aún no estábamos invadidos por la computación , los celulares y los juegos de realidad virtual. O sea, el mundo era diferente, y por lo mismo los estudiantes eran diferentes y a la vez los trabajadores eran diferentes, por lo mismo la forma en que se enseñaba en la escuela o en el trabajo era diferente. Hoy, si queremos lograr aprendizaje en las nuevas generaciones de estudiantes y de trabajadores, debemos hacerlo con herramientas a la altura de los nuevos tiempos. En prevención de riesgos, como en otras especialidades, debemos reconocer al trabajador del siglo XXI como un individuo especial, que está en contacto con la tecnología y con información entretenida durante todo el día; él decide lo que quiere ver, escuchar o aprender, por lo que no podemos ponerlo frente a un especialista que pudiendo saber mucho, no tiene las competencias para cautivar a este exigente alumno. Si no es cautivado no hay aprendizaje, y por ende la actividad de capacitación se podría transformar solo en una pérdida de tiempo o en un llenado de registro sin valor para el trabajador. Hoy no solo los avances tecnológicos en el campo de la electrónica se hacen visibles, hay avances que están marcando el mundo del conocimiento y del aprendizaje, hoy el coaching está al alcance de muchos, cubriendo especialidades inimaginables hasta hace una década atrás, también la neurociencia ha generado avances espectaculares que nos hacen entender de mejor manera al cerebro, incluso podemos decir que a veces el cerebro nos miente y que recién hasta hoy nos dimos cuenta de ello. Hoy...
Leer másLa felicidad en la empresa
Hace algunos meses recibí una invitación para hablar sobre la felicidad: “Estimada Tania Te escribo en nombre del directorio de la ICF-Internacional, capítulo de Chile, con el objeto de invitarte formalmente a participar como panelista en nuestro IV Encuentro de Coaching. El directorio conoce tu compromiso con el desarrollo de una nueva mirada en las organizaciones y de la búsqueda de un mayor respeto por los valores, la responsabilidad social y el cuidado de las personas. Es por eso que queremos pedirte que compartas tu experiencia, dentro de la propuesta temática del encuentro, que hemos denominado: Coaching, Empresa y Felicidad”. Me puse a conversar con mi equipo, amigos y gente querida. Mi base era que la felicidad -así como la tristeza-, no existe de modo permanente y buscarla como una meta tiene algo de engañoso, es como si fuera un fin… y un estado permanente en el que todo está resuelto. ¿Consiste acaso la felicidad en la ausencia de la tristeza? En una de mis conversaciones con Raúl Ferrada (Director General del Consejo para la Transparencia) me comentó lo siguiente… “Voy más bien por la vida PLENA, donde también hay espacio para la tristeza. Y lo pleno, como lo veo yo, se ancla en el amor y en la libertad”. Hoy le encuentro más razón que nunca. Creo sinceramente que la felicidad tiene más que ver con una “forma de estar”en el mundo, donde la “vida plena” se vive, con la capacidad de estar “presente” en cada momento, con todo aquello que la vida trae: momentos de alegría, temor, entusiasmo, frustración y donde perfectamente cabe la tristeza. ¿Qué será entonces esto de la felicidad? Así pues y gracias a distintas conversaciones, llegué a la filosofía. La pregunta por la felicidad es tan antigua como la filosofía misma. Epicuro por ejemplo, nos enseña Rafael Echeverría, la definía como “una actividad que, mediante discurso y razonamiento, nos procura una vida feliz”. Me gusta todo en esta definición, pues pone a la filosofía en la actividad cotidiana, y no solamente en un sistema, en una especulación o en una contemplación, y me encanta que nos procure o tienda a procurarnos una vida feliz. Sí, esta definición que tiene 23 siglos, me gusta… se trata de pensar mejor para vivir mejor! Un detalle… “pensar mejor”- y esto no lo dice el autor- no puede estar ausente de mirarse y de ser testigo de los propios procesos… en otras palabras, es poner la felicidad declaradamente junto a la sabiduría. Cabe la pregunta entonces ¿es necesaria la sabiduría?? La tradición dice que sí pero, ¿qué nos demuestra que esto es necesario? Nuestro sufrimiento, nuestra insatisfacción. En nuestros programas lo vemos todos los días. Muchos no somos felices cuando todo va mal, lo entiendo, el problema es que muchos tampoco somos felices cuando va todo mas o menos bien!!! Nos falta sabiduría!!!! Echeverría aclara que la filosofía en sus orígenes era considerada como una reflexión al servicio de una mejor vida.Hacer filosofía y vivir bien era algo equivalente. Por tanto, sabiduría no es un acto de ascetismo, de irse a las montañas e “iluminarnos”. La sabiduría se expresa en relación con los otros… Filosofar es una acción que podemos realizar y realizamos frecuentemente; y dado que no está separada de nuestra propia vida ni de nuestra propia posibilidad de vivir mejor, qué mejor que llevarla al espacio público en relación con otros, en-redados con otros. Sabiduría en relación… que nuevamente se parece mucho a lo que hacemos en nuestros programas! En la Grecia antigua esta conversación se daba en la calle, donde los ciudadanos se congregaban para...
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