¿Quieres una defensa contra COVID -19? Fortalece tu sistema inmunológico
El sistema inmunitario es una estructura compleja y codependiente de: glóbulos blancos, anticuerpos, proteínas complejas, redes y órganos. Algunas partes del sistema actúan como barreras, evitando que los virus y bacterias lleguen a los órganos, mientras que otras cazan y eliminan a los invasores de nuestro cuerpo. Aunque el sistema inmunológico es efectivo contra muchos gérmenes y virus que causan enfermedades, requiere tiempo para familiarizarse con ellos. Se debe ser capaz de reconocer al patógeno que causa enfermedad como un peligro antes de que pueda eliminarse del cuerpo. Esto generalmente solo es posible una vez que ha desarrollado anticuerpos específicos después de haber estado enfermo o haber recibido una vacuna. Compartimos aquí algunas palabras importantes para poder comprender cómo funciona nuestro sistema inmunológico. Patógenos: microbios que pueden infectar el cuerpo y causar enfermedades. Antígenos: proteínas que se encuentran en la superficie de los patógenos. Anticuerpos: proteínas saludables que pueden reconocer y unirse a antígenos específicos. Cuando un anticuerpo reconoce el antígeno de un patógeno invasor, se une fuertemente a él. Una vez conectado, actúa como un faro, señalando a otros elementos del sistema inmune para atacar. Limitaciones del sistema inmunitario contra COVID-19 Es importante saber que un sistema inmunitario fuerte no le impedirá contraer COVID-19. El SARS-CoV-2, el virus que causa COVID-19, es un nuevo patógeno, lo que significa que aquellos que lo contraen no tienen anticuerpos existentes para desplegar una defensa. Por esa razón, sigue siendo imprescindible continuar practicando el distanciamiento social y la buena higiene de las manos. Sin embargo, desarrollar un sistema inmune fuerte mientras estás sano puede mantener tu cuerpo, ya que se familiariza con el nuevo virus en caso de que te enfermes. Tomar medidas ahora para mejorar tu salud inmunológica también puede ayudarte a combatir otros virus comunes, como el resfriado o la gripe. Se necesita más investigación, pero se cree que el ejercicio y la actividad de calidad, la nutrición, el bienestar emocional y psicológico y las elecciones de estilo de vida pueden beneficiar tu sistema inmunológico Fortalece tu sistema inmunológico a través del ejercicio físico «La actividad física de intensidad moderada se asocia con una mejor función inmune, niveles más bajos de ansiedad y estrés percibido», dice Liz Joy, MD, directora médica senior de Bienestar y Nutrición en Intermountain Healthcare. Aquí hay cinco maneras de hacer más actividad física en su día. Manténgase en movimiento: las pautas de actividad física recomiendan 150-300 minutos por semana de actividad física aeróbica de intensidad moderada y 2 sesiones por semana de entrenamiento de fuerza muscular. Ajuste en 2, 5, 10 o 20 minutos, sin embargo y donde sea que pueda. ¡Cada minuto activo cuenta! Pruebe las actividades en interiores: ponga música y camine rápidamente por la casa o suba y baje las escaleras durante 10-15 minutos 2 o 3 veces por día. Baila con tu música favorita, salta la cuerda, haz un video de ejercicios o una clase de ejercicios en vivo o grabada, o usa máquinas de cardio en casa. Pruebe actividades al aire libre (nunca en cuarentena): camina o trota por su vecindario, pasa tiempo en la naturaleza, anda en bicicleta, trabaja en el jardín o realiza juegos activos con la familia. En muchas áreas, las personas pueden visitar parques, senderos y espacios abiertos para aliviar el estrés, tomar aire fresco y vitamina D, mantenerse activos y conectarse de manera segura con otros. Visita parques que están cerca del...
leer másGenero y salud mental en pandemia
La pandemia del COVID-19, que ha causado una profunda conmoción en nuestras economías y sociedades, ha subrayado la dependencia que la sociedad tiene de las mujeres, tanto en primera línea como en el hogar. Asimismo, ha puesto de manifiesto las desigualdades estructurales en todos los ámbitos, ya sea el económico, sanitario, seguridad y o protección social. En tiempos de crisis, cuando los recursos escasean y la capacidad institucional se ve limitada, las mujeres y niñas se enfrentan a repercusiones desproporcionadas con consecuencias de gran alcance que no hacen más que agravarse en contextos de fragilidad, conflicto y emergencia. Según cifras entregadas en el reporte de indicadores De Género En Las Empresas En Chile 2019, realizado por el Ministerio de la Mujer y de Hacienda es relevante observar las siguientes cifras de indicadores de género, la participación laboral de mujeres en el total de las empresas analizadas (450) es de tan solo 40,7%, en cambio la presencia de los hombres alcanza el 59,3%. Actualmente, al analizar la proporción de mujeres en las organizaciones por niveles en las empresas, se muestra que ésta va disminuyendo a medida que aumenta el nivel de responsabilidad. En el caso de las gerencias de primera línea, el 80% de los puestos son ocupados por hombres y solo el 20% por mujeres. A nivel de cargos en directorios, la cifra se reduce a la mitad, el 10,6% de las posiciones son ocupadas por mujeres y el 89,4% por hombres. Otro punto relevante radica en los indicadores de brecha salarial, tanto en los niveles administrativos (cargos administrativos, asistentes y operarios) y medio (jefaturas, supervisores, analistas, profesionales y técnicos), las mujeres perciben un sueldo bruto promedio 9% menor que los hombres en las mismas posiciones. En tanto, a nivel de ejecutivo (directivos, gerencias, subgerencias) la brecha es de un 10%. En declaraciones del secretario general de la Naciones Unidas (ONU), Antonio Guterres, casi el 60 % de las mujeres en todo el mundo trabajan en la economía informal, ganan menos, ahorran menos y corren un mayor riesgo de caer en la pobreza. Lo anterior y a medida que los mercados caen y las empresas van cerrando, miles de empleos para nosotras, las mujeres, están desapareciendo. De esta forma, nos hemos visto enfrentadas a la pérdida de un empleo remunerado, y nuestro trabajo de cuidado de hijos y el hogar -no remunerado- ha aumentado considerablemente. Ante esta nueva realidad, la igualdad de género y los derechos de las mujeres son esenciales para superar esta pandemia juntos. En particular en nuestro país y como consecuencia de la pandemia, hoy nos vemos enfrentadas a la necesidad de continuar abriendo espacios más justos para las mujeres y todos nuestros ámbitos de desarrollo. En esta ruta, tomar conciencia de esta necesidad, poder poner las conversaciones necesarias para avanzar, escuchar relatos y adaptarnos a los nuevos escenarios son hoy elementos fundamentales para logar mayor integración y valorización en la sociedad. En coherencia con lo anterior, parte importante de nuestro trabajo como psicólogas de la Gerencia de Cuidado y Desarrollo de IST, se ha concentrado en escuchar a más de 7000 personas durante este proceso de confinamiento y teletrabajo en pandemia. Así, hemos sido testigos de la multiplicidad de funciones que ha recaído sobre las mujeres. Un punto relevante han sido las repercusiones del encierro y el trabajo remoto. Las...
leer másRituales y desconexión
Un “detox” de tecnología Puede sonar un locura leer este título, hoy más que nunca que tenemos y queremos estar 1000% conectados, sobre todo los que estamos tele-trabajando para ayudar y apoyar desde lo que hacemos en esta pandemia, pero no, está es una invitación a un acto de valentía y de generar espacios de cuidado para seguir teniendo fuerzas para lo que viene, esa es nuestra invitación. Algo que nos enseñan en psicología en la Universidad, es que necesitamos descansar, y en este tiempo en que estamos conectados casi todo el día y más aún a través de plataformas tecnológicas, nos cuesta desconectarnos. Cuando dejamos de descansar y desconectarnos seguimos produciendo más y más cortisol, lo cual empieza a ser un problema y a veces no nos deja dormir. Y es aquí donde les hacemos una invitación que puede sonar un poco extraña al principio, pero luego de experienciarla entenderán por qué de esta propuesta: tener rituales y aprender a desconectarnos. La invitación es hacer un “detox” de tecnología y conexión, y establecer rituales, que pueden ser una vez a la semana y para los más valientes a diario. Volviendo a lo simple y a lo que nos conecta con nosotros mismos y con los que queremos. Al principio puede sonar casi una locura: “estar desconectados”, pero luego empieza a cobrar sentido y vemos que nos sirve no solo a nosotros, sino también a nuestra familia, a los que queremos y a nuestros compañeros de trabajo, por qué formamos parte de una red y así es como podemos, tenemos y debemos cuidarnos en pandemia: en comunidad. Algunas ideas para esta invitación a los rituales y a la desconexión: Día de Detox o desconexión: si tienes la suerte y tus responsabilidades te lo permiten, elige un día de la semana en que puedas desconectarte de todo lo tecnológico, si, aunque no lo creas esa es la propuesta. Organiza y deja todo coordinado para poder desconectarte y estar tranquilo, que en tu familia sepan que es tu día de desconexión, coordina con tus compañeros de trabajo y que tus amigos también sepan que ese es “tu día de desconexión”, que no contestaras WhatsApps, no estarás viendo el correo y menos aún conectado a redes sociales. 2.- Busca un espacio para ti: muchas veces nos olvidamos de nosotros mismos, y dejamos de conectar con lo que nos gusta. Más en esta pandemia cuando queremos estar al servicio y apoyar a otros, o tal vez no queremos dejar de trabajar o tantas otras cosas que se nos vienen a la cabeza. Sin embargo nuestra invitación es que busques un espacio para ti y lo que te guste hacer: a veces no es fácil descubrirlo, pero dejar al menos una hora al día para estar contigo mismo, meditando, pintando, leyendo, haciendo ejerció en nuestra propia casa, estudiando algo que siempre te ha interesado puede ser una rutina que vayas incorporando a tu vida que traerá grandes beneficios para ti y los tuyos. 3.-Aprende algo nuevo: muchas veces nos decimos que no tenemos tiempos para nuevos aprendizajes, hoy te desafiamos y te decimos si puedes aprender algo nuevo, y no tiene por qué ser física cuántica, pueden ser cosas que siempre pensaste que nunca harías, por ejemplo en mi caso ha sido cocinar. Nunca pensé que...
leer más“Lo más complejo del trabajo futuro serán las transiciones y los aprendizajes”
La gerenta de Cuidado y Desarrollo del IST advirtió que el mundo laboral enfrentará cambios sin precedentes en los próximos veinte años, en medio de la robotización y “ecologización” de la economía. «Se crearán millones de ocupaciones que hasta hace unas décadas hubieran sido inimaginables ¿Qué competencias necesitaremos para encarar esa transición?”, se pregunta. El IST —Instituto de Seguridad del Trabajo— anunció que impulsará el desarrollo de una línea especial de investigación sobre las transformaciones que afectarán el mundo del trabajo y de la prevención, ante las proyecciones de que siete de cada diez puestos laborales serán total o parcialmente automatizados en las economías integrantes de la OCDE. “Las competencias laborales actuales no se ajustarán a los trabajos de mañana. Y las nuevas competencias que adquiramos quedarán desfasadas rápidamente, por lo que será clave saber aprender, a todo nivel, en las organizaciones”, plantea la gerenta de Cuidado y Desarrollo de esta mutualidad, Tania Labbé. Para la psicóloga, uno de los mayores riesgos sociales es que, si bien la automatización creará nuevos puestos de trabajo, lo cierto es que quienes pierdan sus ocupaciones podrían ser los menos capacitados para tomar las ventajas de un trabajo más tecnologizado. Pero no es el único desafío, en un mundo que camina a un nuevo equilibrio en los sistemas productivos. Economía Verde Para el gerente de Prevención del IST, Raúl Rojas, los consensos internacionales y las demandas ciudadanas acelerarán el paso hacia economías cada vez más sostenibles ambientalmente. “Y ahí existirá otra transición relevante. Es decir, el paso de un sistema productivo basado en el carbón y el acero a otro sustentado en tecnologías limpias”, prevé. Y eso implica formar a los trabajadores, para que sean capaces de asumir, por ejemplo, los desafíos colectivos de la prevención, en contextos laborales cambiantes, en industrias nuevas, que hoy ni siquiera existen. Sobre lo mismo, el gerente general del IST, Gustavo González Doorman, subraya la necesidad de aprovechar las oportunidades, en función de mejorar la calidad de vida de los trabajadores. “En medio de todo este auge de la robotización y la inteligencia artificial, debemos construir iniciativas que pongan a la vida y a las personas al centro. Y eso no solo implica pensar en el capital humano, sino que en todas las dimensiones del ser humano”, propone. En su mirada, no es aconsejable obnubilarse por la tecnología. “El afecto colectivo y la pasión por las ideas son irremplazables, como motores de la Humanidad”, a su entender. Una oleada de transiciones En este contexto, la gerenta de Cuidado y Desarrollo, Tania Labbé, enfatiza que uno de los temas más complejos del futuro no será el cambio productivo y social, sino la forma cómo este se producirá. “Seguramente, serán oleadas de cambio que tardarán mucho en estabilizarse. Pensemos en el paso del cine clásico a las plataformas digitales actuales. Entre medio, los trabajadores y los artistas debieron acostumbrarse a trabajar con cintas, computadores y finalmente con escenografías digitales que ni siquiera ven”, ejemplifica. A su juicio, “se crearán millones de ocupaciones que hasta hace unas décadas hubieran sido inimaginables… Entonces, ¿qué competencias necesitaremos para encarar esa transición?”. En esa misma perspectiva, los estudios de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) pronostican que la mitad de los puestos de trabajo se automatizarán en los próximos veinte años....
leer más«La solución tecnológica perdura sólo cuando hay disrupción»
El experto mundial en Inteligencia Artificial, oriundo de la India, inauguró los Encuentros Significativos del Instituto de Seguridad del Trabajo (IST), donde hizo hincapié en que la industria 4.0 sólo puede existir si da soluciones reales, casi obligatorias, a las personas y la sociedad. La tecnología como fetiche simplemente no sirve, en su opinión. La visita de Mudankan Govindaraj a Chile no pasó inadvertida. Experto global en inteligencia artificial (IA), expuso sobre realidad aumentada y tecnología disruptiva, al inaugurar los Encuentros Significativos del Instituto de Seguridad del Trabajo (IST). «Creo que la inteligencia artificial hará un gran cambio. Por ejemplo, los escaneos de retina de Google pueden predecir hoy cuándo una persona tendrá diabetes u otras enfermedades», apuntó en una exposición de más de una hora ante gerentes de decenas de empresas. Miembro del Boston Consulting Group, Govindaraj detalló que la IA ya investiga cómo imprimir órganos, crear casas auto sustentables y, por cierto, modificar los modos de producción. «No vamos a perder el control de las máquinas», recalcó Soluciones Obligatorias ¿Cuál ha sido la estrategia de la industria para acercar la inteligencia artificial a las personas? Aunque suene simple… Primero identificamos el problema y luego buscamos una solución. Pero lo importante es que usemos la inteligencia artificial solo cuando necesitemos una solución más inteligente. Por cierto, no debería ser solamente algo bueno, sino también necesario, casi obligatorio. Es un proceso creativo que consta de varias partes. Comienza con un storyboard, que es cómo hacer un esquema, un dibujo del problema. La segunda parte es una prueba del concepto y de la solución inicial, con ejemplos de data. Si parece factible, te mueves para adelante. ¿Cómo ha afectado la inteligencia artificial la cultura de las organizaciones? Al comienzo, todo estaba centrado en el área del entretenimiento. Hoy ha derivado hacia la salud y la infraestructura, principalmente. Lo importante es que esto puede solucionar problemas reales. ¿Cómo se humaniza el trabajo con esta tecnología? Las tecnologías vienen y van, pero la solución solo perdura cuando hay disrupción. Por eso es tan importante apoyar a las pequeñas empresas starpup, en el desarrollo de sus productos e ideas. La tecnología, en términos de uso, puede ayudar a comunicarnos sin la necesidad de un traductor, por ejemplo. Las retinas de Google ¿Cuáles son las preguntas que tú te haces respecto de la tecnología, la inteligencia artificial? Creo que la inteligencia artificial hará un gran cambio. Por ejemplo, los escaneo de retina de Google pueden predecir hoy cuándo una persona tendrá un ataque al corazón o diabetes. ¿Qué otra aplicación tiene en salud? Sirve mucho para operar máquinas complejas en hospitales. Se pueden realizar cirugías robóticas, rebajar los costos y validar los procedimientos en el minuto. ¿Y ya es posible imprimir órganos? Sí, ese es un gran salto… Ya no será necesario que haya cadáveres para realizar un trasplante. Se están haciendo experimentos para imprimir pequeños trozos de tejido, pero todavía no estamos en la etapa de imprimir órganos completos, El mundo no lo controlan las máquinas ¿Podemos asegurar que los seres humanos no perderán, el menos en parte, el control de un mundo regido por la inteligencia artificial” Tenemos la certeza de que esto no va a ser controlado única y exclusivamente por las máquinas, sino...
leer másLa naturaleza del cuidado
Antes caminábamos por donde vivían algunos depredadores para recoger las mejores frutas que crecían en árboles cercanos, hoy cruzamos corriendo la calle entre el tráfico para ahorrar tiempo, es decir, seguimos arriesgándonos para ganar algo. Desde antes de los inicios de la civilización los seres humanos han estado expuestos a riesgos, si en un comienzo éstos eran los propios de la naturaleza, tales como animales salvajes, volcanes, inundaciones, etc., hoy en día estamos expuestos además a los riesgos del trabajo, los que están en permanente evolución y cambio, tanto porque a lo largo del tiempo algunas actividades se dejan de realizar surgiendo otras nuevas, como por el desarrollo tecnológico, que muestra otras formas de hacer el mismo trabajo. En el presente existen trabajadores expuestos a diferentes riesgos, por ejemplo: ruido ocupacional, caída de altura, movimientos repetitivos de extremidades superiores, radiaciones, entre muchos otros. Un aspecto interesante de notar, es que desde el punto de vista de la biología, los seres humanos que cazaban animales y recolectaban alimentos para el sustento, no han cambiado en forma significativa. Nuestro cerebro sigue siendo el mismo órgano que nos permite tomar decisiones y a veces arriesgar para ganar algo. Si antes decidíamos caminar cerca de donde vivían algunos depredadores, para recoger las mejores frutas que crecían en árboles cercanos, hoy cruzamos corriendo la calle entre el tráfico o introducimos la mano en un equipo en movimiento para desatascarlo, es decir, seguimos arriesgándonos para ganar algo. Una explicación y un camino respecto de esta situación nos ofrece el modelo del autocuidado, una idea que nos plantea que las personas tomamos decisiones respecto de nuestros actos, anticipando si las consecuencias serán favorables o desfavorables e influidos por nuestras experiencias, creencias y valores. Consiguientemente, para evitar accidentes, según este modelo, debemos influir en las decisiones de las personas modificando sus creencias, valores y actitudes. Esta forma de entender a las personas en relación con los riesgos, se ha usado en el área de la prevención de forma exitosa por muchos años, especialmente en instancias de capacitación, que buscan un cambio en la manera de pensar de cada individuo, para que “se cuide más”, mediante cursos que señalan la forma segura de hacer las cosas y entregan buenas razones para hacerlo, tales como la salud y bienestar, el proyecto de vida, la familia, entre otras. Pero, al igual que cuando alumbramos con una linterna en la oscuridad, sólo vemos lo que estamos iluminando y lo demás queda a oscuras, el autocuidado nos muestra claramente que las personas podemos evitar accidentes tomando buenas decisiones, enfatizando el aspecto individual de ello, pero nos oculta o hace que pase inadvertida una situación clave: que los seres humanos somos seres sociales. Las personas nos formamos y desarrollamos en la interacción con otros, por lo tanto, cuando decidimos si algo es peligroso o no, lo decidimos en conjunto con los demás. El ámbito de decisión individual al que alude el autocuidado es sólo una parte de la ecuación. De lo anterior también se puede concluir que no basta decirle a la gente que esto o aquello es peligroso, ya que esa percepción se construye socialmente, la construimos entre todos, de esta forma se revela la necesidad de acercarse, vincularse y relacionarse para construir en conjunto, o bien, promover que las personas se...
leer másNuevas miradas para fortalecer nuestras culturas preventivas
En el IST estamos ampliando la mirada de lo que entendíamos tradicionalmente por prevención de riesgos. Cuando hablábamos en el pasado de seguridad laboral, el foco era optimizar la confiabilidad técnica de máquinas e instalaciones o adaptar el comportamiento individual de los trabajadores. No obstante que las significativas mejoras lograron reducir los accidentes del trabajo, las metodologías y estrategias de es e enfoque comenzaron a ser insuficientes. Es por esta razón que en los últimos años se ha buscado un paradigma más amplio, así el concepto de “cultura preventiva” o “cultura de seguridad” surge como una manera más integral y efectiva de obtener mejores resultados en Seguridad y Salud en el Trabajo (SST); ratificándose dicha idea en el año 2011 cuando Chile suscribe el Convenio 187 OIT. En la aspiración de ampliar nuestra mirada, nos dispusimos a escuchar otros saberes, provenientes –aparentemente- de lugares no vinculados al ámbito de la seguridad. En este contexto “poner la vida al centro” nos ha permitido generar una mirada más comprehensiva y avanzar hacia una visión humanizada e integral de la prevención. Cuidar la vida se ha convertido en el principio inspirador y orientador del IST, lo que implica considerar a cada trabajadora y trabajador como seres humanos integrales, pues una condición esencial es que somos seres eminentemente sociales y relacionales, atributo con el cual constituimos una “red de comunidades” de las cuales somos parte; ya sea en la familia, nuestros barrios, las escuelas de nuestros hijos, y por cierto las organizaciones en las cuales trabajamos. En definitiva, el país es una comunidad compuesta por una red de comunidades, cuyos frutos son siempre el resultado de una acción colaborativa. La vida de las personas y también la de las organizaciones transcurre en el convivir, en la interacción con otros. Estamos en relación con otros, lo veamos o no, estemos conscientes de aquello o no y es en este sistema relacional donde nos constituimos como seres humanos y construimos las realidades de las cuales somos parte, en función de aquello que nos importa y nos interesa cuidar. Poner la vida al centro nos abre la oportunidad de una nueva perspectiva de comprensión de lo humano. Aparecen las dimensiones de nuestras emociones, de nuestros cuerpos y del lenguaje con las cuales generamos los vínculos y construimos la realidad con otros. Así, la realidad es una construcción social, es el resultado de la interacción con otros a través de acciones colaborativas que refuerzan el sentido de comunidad humana. De esta visión deriva nuestra convicción que “una empresa más humana es una empresa más segura”. Entendemos a las empresas como una red de relaciones y conversaciones. Y cuando nuestras conversaciones ponen la vida al centro, aparecen nuevas comprensiones de la seguridad y de la salud en el trabajo, del cuidado y de las estrategias y prácticas organizacionales que las promueven. Así, esto permite entender los sistemas culturales poniendo el énfasis no sólo en el individuo, sino sobre todo en los sistemas en los que este habita, es decir, pasar desde una mirada individual a una mirada sistémica, de lo programado a lo cultural. Por esta razón, en la construcción de una “identidad preventiva” cada organización debe -como imperativo ético- considerar a partir de sus propias capacidades y peculiaridades a lo menos los siguientes pilares: aprendizaje organizacional, inclusión...
leer másLey de inclusión laboral. El desafío de desarrollar culturas inclusivas.
La reciente entrada en vigencia de la ley 21.015 que incentiva la inclusión de personas en situación de discapacidad (PeSD) al mundo laboral, constituye un nuevo desafío para las organizaciones, los trabajadores y para la sociedad en su conjunto. Al entender la discapacidad como algo que ocurre cuando el entorno físico y social no se adapta a las necesidades y derechos de una persona, asumimos la discapacidad como una responsabilidad social y no como déficits o limitaciones individuales. Esta visión posibilita que la sociedad y particularmente las organizaciones- entendidas como comunidades- puedan reconocer y abordar las dificultades y eliminar las barreras que impiden a las personas llevar vidas independientes y plenas. La inclusión requiere derribar barreras físicas, comunicacionales y actitudinales, tres pilares de la discriminación. Las barreras físicas requieren generar las condiciones para que las PeSD puedan acceder, transitar y permanecer en condiciones seguras, confortables en su lugar de trabajo. Muchas de estas soluciones son universales y benefician a todos los trabajadores. Por su parte, las barreras comunicacionales tienen que ver con las que experimentan las personas con condiciones que afectan la audición, el habla, la lectura, la escritura o el entendimiento y que usan maneras de comunicarse diferentes a las utilizadas por quienes no tienen estas condiciones. Estas barreras requieren de ajustes, tecnologías y dispositivos aumentativos o alternativos (p.ej., tableros de comunicación, pictogramas, sistema Braille, lenguaje de señas, entre muchos otros). Las barreras actitudinales corresponden a actitudes, ideas y prejuicios de las personas, con o sin situación de discapacidad, cuyos efectos son los de excluir directamente o los de impedir, por omisión, el acceso real y en condiciones de igualdad a los derechos, a los servicios públicos y a las oportunidades sociales. Las barreras actitudinales son las más profundas y, por lo mismo, contribuyen a la generación y mantención de otras barreras, ya que pueden, por ejemplo, dificultar la toma de conciencia respecto de la necesidad de realizar cambios en el entorno laboral de las PeSD. La discriminación constituye la mayor barrera actitudinal. Las barreras actitudinales surgen desde las creencias, ideas y/o estereotipos, las que a su vez tienen asociadas emociones que hacen que actuemos de una manera en particular frente a la discapacidad, ya sea sobreprotegiendo o excluyendo a las PeSD. Las emociones asociadas a estas creencias de que la persona en situación de discapacidad es deficitaria o es de menor valor tienen que ver con la lástima y el miedo. El reconocimiento de que junto a los prejuicios de los que emerge la discriminación hay emociones y sentimientos producto de la falta de conocimiento y empatía sobre lo diferente es parte de los desafíos de esta nueva ley, ya que en las organizaciones será necesario generar una apertura hacia la inclusión, la cual no se resuelve sólo con el cumplimiento del 1% de PcD contratadas, sino que con una construcción social y colectiva que trascienda el miedo y la lástima, promoviendo la empatía, el reconocimiento de la dignidad humana y la valoración de los talentos de las personas con y sin discapacidad. Este nuevo desafío requiere el desarrollo de una cultura organizacional inclusiva, que involucra a los compañeros de trabajo, jefaturas, gerencias, etc., para adoptar medidas y prácticas inclusivas que permitan que las PcD, junto a los demás trabajadores, puedan ejercer plenamente sus derechos. Esta nueva cultura...
leer másTrastornos músculo-esqueléticos relacionados con el trabajo
Los trastornos músculo – esqueléticos relacionados con el trabajo son lesiones físicas que afectan a los músculos, tendones, huesos, ligamentos o discos intervertebrales y que en la mayoría de los casos no se producen por accidentes, sino como resultado de traumatismos pequeños y repetidos. Se desarrollan gradualmente y son producidos por esfuerzos repetidos, esfuerzos puntuales que sobrepasan la resistencia normal de los tejidos que componen el sistema, temperaturas extremas y uso frecuente de determinadas herramientas. Aunque las patologías músculo – esqueléticas puedan afectar a cualquier parte del cuerpo, por cuestiones de organización progresiva en las políticas de Salud Ocupacional, la Autoridad Ministerial prioriza abordar las extremidades superiores y sus factores de riesgo asociados, por su importancia en pérdida de capacidad de ganancia de la persona cuando padecen estos trastornos y por su alta incidencia en diagnósticos de enfermedades relacionadas con el trabajo. Impacto de los trastornos músculo-esqueléticos Los trastornos músculo – esqueléticos se encuentran entre los problemas más importantes de salud en el trabajo, tanto en países desarrollados como en vías de desarrollo. En los países nórdicos se calcula que el costo asociado a este problema oscila entre el 2,7% y el 5,2% del Producto Nacional Bruto. En Gran Bretaña los trastornos músculo-esqueléticos de extremidades superiores representaron el 35% de los días perdidos debido a problemas de salud relacionados con el trabajo en los años 2016-2017, y durante el período 2009-2012 se perdieron alrededor de 8,9 millones de días laborables, con un promedio de 17.6 días perdidos para cada caso, siendo el manejo manual de carga y el trabajo relacionado con computadores algunos de los principales factores causantes. En nuestro país, la Superintendencia de Seguridad Social (SUSESO) señala que durante el año 2017, el 19% de las licencias médicas por enfermedades no laborales fueron osteomusculares y del tejido conectivo, dentro de las cuales el 56% afectó al sexo femenino y 44% al sexo masculino (Boletín de Estadísticas de Seguridad Social 2017). En paralelo, del conjunto de las denuncias calificadas como enfermedad profesional (con o sin días perdidos), en el período 2015-2017 la mayoría correspondieron a enfermedades de salud mental (32%), seguidas de enfermedades del sistema músculo – esquelético (26%). El mayor porcentaje de enfermedades músculo-esqueléticas de extremidades superiores de origen laboral afectan en primer lugar a los codos, en segundo lugar a los hombros y en tercer lugar a la muñeca y la mano. Causas de los trastornos músculo-esqueléticos de extremidades superiores –TMERT-EESS Estos trastornos suelen tener una causa multifactorial relacionada con otros factores de riesgo presentes en las tareas laborales: Factores físicos, representados por los movimientos repetitivos, fuerza excesiva y posturas forzadas, asociados algunas veces a otros factores de riesgo como la vibración y a factores ambientales como el frío. Factores de riesgo psicosociales, tales como las condiciones del empleo, sistemas de remuneraciones (trabajo a trato, por producción), alta demanda de trabajo, baja participación social, escasa oportunidades de descanso, baja capacidad de decisión en el proceso de trabajo, entre otros, también están asociados epidemiológicamente a este tipo de trastornos. Factores individuales del trabajador, tales como historia clínica previa, edad, sexo y género, también representan una considerable importancia en el desarrollo de estas lesiones. ¿Qué deben hacer las empresas? Para enfrentar esta realidad, el Ministerio de Salud ordena la implementación de la Norma TMERT –Norma Técnica y...
leer másTodas las empresas de Chile deben evaluar y gestionar sus riesgos psicosociales
Una exigencia legal y una oportunidad para el cuidado. Según el “Informe Anual de Estadísticas de Seguridad y Salud en el Trabajo”, en el año 2017 un 8% de las enfermedades profesionales en Chile fueron de origen mental, causando más de 50.000 días perdidos en el año y una media de 21 días perdidos por trabajador. Se ha identificado que las condiciones organizacionales con mayor potencial de afectar la salud mental de los trabajadores corresponden a la forma en que se encuentren definidas las labores y tareas las condiciones y medios en los que las tareas se ejecutan los mecanismos de organización del trabajo la cultura organizacional la calidad de las relaciones interpersonales presentes en el lugar de trabajo Todos ellos son denominados “factores psicosociales en el trabajo”, es decir, situaciones y condiciones inherentes al trabajo relacionadas al tipo de organización, al contenido del trabajo y la ejecución de la tarea, y que tienen la capacidad de afectar, en forma positiva o negativa, el bienestar y la salud (física, psíquica o social) del trabajador y sus condiciones de trabajo. Uno de los principales hitos en relación al abordaje de los factores psicosociales en el trabajo en Chile, fue el “Protocolo de Vigilancia de Riesgos Psicosociales en el Trabajo” del año 2013 publicado por el Ministerio de Salud, el cual establece la obligatoriedad para todas las organizaciones y empresas en Chile de identificar la presencia y nivel de exposición a riesgos psicosociales al interior de su organización, con el fin de generar recomendaciones para disminuir la incidencia y prevalencia de enfermedades de salud mental de origen laboral. La normativa del país establece que la evaluación de los riesgos psicosociales en el trabajo se realice por medio de la metodología SUSESO/ISTAS21, la que tiene por objetivo medir y facilitar la gestión del nivel de riesgo psicosocial del lugar de trabajo a través de la implementación de los siguientes pasos: Conformación de comité de aplicación: Conformado paritariamente entre representes de los trabajadores y la gerencia del lugar de trabajo. Difusión y sensibilización: La que contempla una campaña comunicacional a los trabajadores respecto de qué son los riesgos psicosociales y sus principales efectos en la salud. Aplicación del cuestionario SUSESO/ISTAS 21: En la que se debe garantizar el anonimato y confidencialidad de las respuestas de los trabajadores. Para ello, el IST ha desarrollado una plataforma online que facilita a sus empresas adherentes la aplicación del cuestionario SUSESO/ISTAS 21 y además orienta la gestión de factores psicosociales. Análisis grupal de resultados: Se realiza un levantamiento cualitativo con los trabajadores para comprender los resultados del cuestionario SUSESO/ISTAS 21 en relación al contexto del lugar de trabajo. Diseño de medidas de mejora: El lugar de trabajo debe contar con un programa de trabajo acorde a los resultados obtenidos en la evaluación de riesgos psicosociales. Implementación y monitoreo. La implementación de medidas de mejora se debe realizar acorde al nivel de riesgo del lugar de trabajo. En caso de obtener riesgo bajo, éste se ejecuta en 4 años; riesgo medio en 2 años y riesgo alto, el lugar de trabajo ingresa al programa de vigilancia de riesgos psicosociales en el trabajo. Reevaluación: Posterior a la implementación de las medidas de mejora, el lugar de trabajo aplica nuevamente el cuestionario SUSESO/ISTAS 21 para así evaluar la efectividad...
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