¿Quieres una defensa contra COVID -19? Fortalece tu sistema inmunológico
El sistema inmunitario es una estructura compleja y codependiente de: glóbulos blancos, anticuerpos, proteínas complejas, redes y órganos. Algunas partes del sistema actúan como barreras, evitando que los virus y bacterias lleguen a los órganos, mientras que otras cazan y eliminan a los invasores de nuestro cuerpo. Aunque el sistema inmunológico es efectivo contra muchos gérmenes y virus que causan enfermedades, requiere tiempo para familiarizarse con ellos. Se debe ser capaz de reconocer al patógeno que causa enfermedad como un peligro antes de que pueda eliminarse del cuerpo. Esto generalmente solo es posible una vez que ha desarrollado anticuerpos específicos después de haber estado enfermo o haber recibido una vacuna. Compartimos aquí algunas palabras importantes para poder comprender cómo funciona nuestro sistema inmunológico. Patógenos: microbios que pueden infectar el cuerpo y causar enfermedades. Antígenos: proteínas que se encuentran en la superficie de los patógenos. Anticuerpos: proteínas saludables que pueden reconocer y unirse a antígenos específicos. Cuando un anticuerpo reconoce el antígeno de un patógeno invasor, se une fuertemente a él. Una vez conectado, actúa como un faro, señalando a otros elementos del sistema inmune para atacar. Limitaciones del sistema inmunitario contra COVID-19 Es importante saber que un sistema inmunitario fuerte no le impedirá contraer COVID-19. El SARS-CoV-2, el virus que causa COVID-19, es un nuevo patógeno, lo que significa que aquellos que lo contraen no tienen anticuerpos existentes para desplegar una defensa. Por esa razón, sigue siendo imprescindible continuar practicando el distanciamiento social y la buena higiene de las manos. Sin embargo, desarrollar un sistema inmune fuerte mientras estás sano puede mantener tu cuerpo, ya que se familiariza con el nuevo virus en caso de que te enfermes. Tomar medidas ahora para mejorar tu salud inmunológica también puede ayudarte a combatir otros virus comunes, como el resfriado o la gripe. Se necesita más investigación, pero se cree que el ejercicio y la actividad de calidad, la nutrición, el bienestar emocional y psicológico y las elecciones de estilo de vida pueden beneficiar tu sistema inmunológico Fortalece tu sistema inmunológico a través del ejercicio físico «La actividad física de intensidad moderada se asocia con una mejor función inmune, niveles más bajos de ansiedad y estrés percibido», dice Liz Joy, MD, directora médica senior de Bienestar y Nutrición en Intermountain Healthcare. Aquí hay cinco maneras de hacer más actividad física en su día. Manténgase en movimiento: las pautas de actividad física recomiendan 150-300 minutos por semana de actividad física aeróbica de intensidad moderada y 2 sesiones por semana de entrenamiento de fuerza muscular. Ajuste en 2, 5, 10 o 20 minutos, sin embargo y donde sea que pueda. ¡Cada minuto activo cuenta! Pruebe las actividades en interiores: ponga música y camine rápidamente por la casa o suba y baje las escaleras durante 10-15 minutos 2 o 3 veces por día. Baila con tu música favorita, salta la cuerda, haz un video de ejercicios o una clase de ejercicios en vivo o grabada, o usa máquinas de cardio en casa. Pruebe actividades al aire libre (nunca en cuarentena): camina o trota por su vecindario, pasa tiempo en la naturaleza, anda en bicicleta, trabaja en el jardín o realiza juegos activos con la familia. En muchas áreas, las personas pueden visitar parques, senderos y espacios abiertos para aliviar el estrés, tomar aire fresco y vitamina D, mantenerse activos y conectarse de manera segura con otros. Visita parques que están cerca del hogar, mantén siempre la distancia física y lava tus manos cuando llegue a casa. Prueba el entrenamiento de fuerza muscular: encuentra maneras de hacer ejercicios simples de fortalecimiento muscular en casa, sentadillas desde una silla resistente o flexiones contra una pared. Prueba estocadas o escalones de una pierna en las...
Leer másGenero y salud mental en pandemia
La pandemia del COVID-19, que ha causado una profunda conmoción en nuestras economías y sociedades, ha subrayado la dependencia que la sociedad tiene de las mujeres, tanto en primera línea como en el hogar. Asimismo, ha puesto de manifiesto las desigualdades estructurales en todos los ámbitos, ya sea el económico, sanitario, seguridad y o protección social. En tiempos de crisis, cuando los recursos escasean y la capacidad institucional se ve limitada, las mujeres y niñas se enfrentan a repercusiones desproporcionadas con consecuencias de gran alcance que no hacen más que agravarse en contextos de fragilidad, conflicto y emergencia. Según cifras entregadas en el reporte de indicadores De Género En Las Empresas En Chile 2019, realizado por el Ministerio de la Mujer y de Hacienda es relevante observar las siguientes cifras de indicadores de género, la participación laboral de mujeres en el total de las empresas analizadas (450) es de tan solo 40,7%, en cambio la presencia de los hombres alcanza el 59,3%. Actualmente, al analizar la proporción de mujeres en las organizaciones por niveles en las empresas, se muestra que ésta va disminuyendo a medida que aumenta el nivel de responsabilidad. En el caso de las gerencias de primera línea, el 80% de los puestos son ocupados por hombres y solo el 20% por mujeres. A nivel de cargos en directorios, la cifra se reduce a la mitad, el 10,6% de las posiciones son ocupadas por mujeres y el 89,4% por hombres. Otro punto relevante radica en los indicadores de brecha salarial, tanto en los niveles administrativos (cargos administrativos, asistentes y operarios) y medio (jefaturas, supervisores, analistas, profesionales y técnicos), las mujeres perciben un sueldo bruto promedio 9% menor que los hombres en las mismas posiciones. En tanto, a nivel de ejecutivo (directivos, gerencias, subgerencias) la brecha es de un 10%. En declaraciones del secretario general de la Naciones Unidas (ONU), Antonio Guterres, casi el 60 % de las mujeres en todo el mundo trabajan en la economía informal, ganan menos, ahorran menos y corren un mayor riesgo de caer en la pobreza. Lo anterior y a medida que los mercados caen y las empresas van cerrando, miles de empleos para nosotras, las mujeres, están desapareciendo. De esta forma, nos hemos visto enfrentadas a la pérdida de un empleo remunerado, y nuestro trabajo de cuidado de hijos y el hogar -no remunerado- ha aumentado considerablemente. Ante esta nueva realidad, la igualdad de género y los derechos de las mujeres son esenciales para superar esta pandemia juntos. En particular en nuestro país y como consecuencia de la pandemia, hoy nos vemos enfrentadas a la necesidad de continuar abriendo espacios más justos para las mujeres y todos nuestros ámbitos de desarrollo. En esta ruta, tomar conciencia de esta necesidad, poder poner las conversaciones necesarias para avanzar, escuchar relatos y adaptarnos a los nuevos escenarios son hoy elementos fundamentales para logar mayor integración y valorización en la sociedad. En coherencia con lo anterior, parte importante de nuestro trabajo como psicólogas de la Gerencia de Cuidado y Desarrollo de IST, se ha concentrado en escuchar a más de 7000 personas durante este proceso de confinamiento y teletrabajo en pandemia. Así, hemos sido testigos de la multiplicidad de funciones que ha recaído sobre las mujeres. Un punto relevante han sido las repercusiones del encierro y el trabajo remoto. Las condiciones del espacio, muchas veces pequeño y compartido, se combinan con el hecho que las mujeres teletrabajar, cuidar a otros, proveer, cocinar y limpiar. Todo esto ojalá con una sonrisa y buen humor. Frente a esto nos preguntamos ¿Cómo no sentir tensión o que nuestra salud mental se ve afectada?...
Leer másRituales y desconexión
Un “detox” de tecnología Puede sonar un locura leer este título, hoy más que nunca que tenemos y queremos estar 1000% conectados, sobre todo los que estamos tele-trabajando para ayudar y apoyar desde lo que hacemos en esta pandemia, pero no, está es una invitación a un acto de valentía y de generar espacios de cuidado para seguir teniendo fuerzas para lo que viene, esa es nuestra invitación. Algo que nos enseñan en psicología en la Universidad, es que necesitamos descansar, y en este tiempo en que estamos conectados casi todo el día y más aún a través de plataformas tecnológicas, nos cuesta desconectarnos. Cuando dejamos de descansar y desconectarnos seguimos produciendo más y más cortisol, lo cual empieza a ser un problema y a veces no nos deja dormir. Y es aquí donde les hacemos una invitación que puede sonar un poco extraña al principio, pero luego de experienciarla entenderán por qué de esta propuesta: tener rituales y aprender a desconectarnos. La invitación es hacer un “detox” de tecnología y conexión, y establecer rituales, que pueden ser una vez a la semana y para los más valientes a diario. Volviendo a lo simple y a lo que nos conecta con nosotros mismos y con los que queremos. Al principio puede sonar casi una locura: “estar desconectados”, pero luego empieza a cobrar sentido y vemos que nos sirve no solo a nosotros, sino también a nuestra familia, a los que queremos y a nuestros compañeros de trabajo, por qué formamos parte de una red y así es como podemos, tenemos y debemos cuidarnos en pandemia: en comunidad. Algunas ideas para esta invitación a los rituales y a la desconexión: Día de Detox o desconexión: si tienes la suerte y tus responsabilidades te lo permiten, elige un día de la semana en que puedas desconectarte de todo lo tecnológico, si, aunque no lo creas esa es la propuesta. Organiza y deja todo coordinado para poder desconectarte y estar tranquilo, que en tu familia sepan que es tu día de desconexión, coordina con tus compañeros de trabajo y que tus amigos también sepan que ese es “tu día de desconexión”, que no contestaras WhatsApps, no estarás viendo el correo y menos aún conectado a redes sociales. 2.- Busca un espacio para ti: muchas veces nos olvidamos de nosotros mismos, y dejamos de conectar con lo que nos gusta. Más en esta pandemia cuando queremos estar al servicio y apoyar a otros, o tal vez no queremos dejar de trabajar o tantas otras cosas que se nos vienen a la cabeza. Sin embargo nuestra invitación es que busques un espacio para ti y lo que te guste hacer: a veces no es fácil descubrirlo, pero dejar al menos una hora al día para estar contigo mismo, meditando, pintando, leyendo, haciendo ejerció en nuestra propia casa, estudiando algo que siempre te ha interesado puede ser una rutina que vayas incorporando a tu vida que traerá grandes beneficios para ti y los tuyos. 3.-Aprende algo nuevo: muchas veces nos decimos que no tenemos tiempos para nuevos aprendizajes, hoy te desafiamos y te decimos si puedes aprender algo nuevo, y no tiene por qué ser física cuántica, pueden ser cosas que siempre pensaste que nunca harías, por ejemplo en mi caso ha sido cocinar. Nunca pensé que cocinaría y me he descubierto haciendo preparaciones para los que quiero, desde pan sin gluten para mi hijo, hasta rescatando antiguas recetas familiares de brownies. Al principio suena como un gran desafío, pero una vez que empiezas ya no quieres detenerte más y nos ayuda mucho a la desconexión que necesitamos...
Leer más«La solución tecnológica perdura sólo cuando hay disrupción»
El experto mundial en Inteligencia Artificial, oriundo de la India, inauguró los Encuentros Significativos del Instituto de Seguridad del Trabajo (IST), donde hizo hincapié en que la industria 4.0 sólo puede existir si da soluciones reales, casi obligatorias, a las personas y la sociedad. La tecnología como fetiche simplemente no sirve, en su opinión. La visita de Mudankan Govindaraj a Chile no pasó inadvertida. Experto global en inteligencia artificial (IA), expuso sobre realidad aumentada y tecnología disruptiva, al inaugurar los Encuentros Significativos del Instituto de Seguridad del Trabajo (IST). «Creo que la inteligencia artificial hará un gran cambio. Por ejemplo, los escaneos de retina de Google pueden predecir hoy cuándo una persona tendrá diabetes u otras enfermedades», apuntó en una exposición de más de una hora ante gerentes de decenas de empresas. Miembro del Boston Consulting Group, Govindaraj detalló que la IA ya investiga cómo imprimir órganos, crear casas auto sustentables y, por cierto, modificar los modos de producción. «No vamos a perder el control de las máquinas», recalcó Soluciones Obligatorias ¿Cuál ha sido la estrategia de la industria para acercar la inteligencia artificial a las personas? Aunque suene simple… Primero identificamos el problema y luego buscamos una solución. Pero lo importante es que usemos la inteligencia artificial solo cuando necesitemos una solución más inteligente. Por cierto, no debería ser solamente algo bueno, sino también necesario, casi obligatorio. Es un proceso creativo que consta de varias partes. Comienza con un storyboard, que es cómo hacer un esquema, un dibujo del problema. La segunda parte es una prueba del concepto y de la solución inicial, con ejemplos de data. Si parece factible, te mueves para adelante. ¿Cómo ha afectado la inteligencia artificial la cultura de las organizaciones? Al comienzo, todo estaba centrado en el área del entretenimiento. Hoy ha derivado hacia la salud y la infraestructura, principalmente. Lo importante es que esto puede solucionar problemas reales. ¿Cómo se humaniza el trabajo con esta tecnología? Las tecnologías vienen y van, pero la solución solo perdura cuando hay disrupción. Por eso es tan importante apoyar a las pequeñas empresas starpup, en el desarrollo de sus productos e ideas. La tecnología, en términos de uso, puede ayudar a comunicarnos sin la necesidad de un traductor, por ejemplo. Las retinas de Google ¿Cuáles son las preguntas que tú te haces respecto de la tecnología, la inteligencia artificial? Creo que la inteligencia artificial hará un gran cambio. Por ejemplo, los escaneo de retina de Google pueden predecir hoy cuándo una persona tendrá un ataque al corazón o diabetes. ¿Qué otra aplicación tiene en salud? Sirve mucho para operar máquinas complejas en hospitales. Se pueden realizar cirugías robóticas, rebajar los costos y validar los procedimientos en el minuto. ¿Y ya es posible imprimir órganos? Sí, ese es un gran salto… Ya no será necesario que haya cadáveres para realizar un trasplante. Se están haciendo experimentos para imprimir pequeños trozos de tejido, pero todavía no estamos en la etapa de imprimir órganos completos, El mundo no lo controlan las máquinas ¿Podemos asegurar que los seres humanos no perderán, el menos en parte, el control de un mundo regido por la inteligencia artificial” Tenemos la certeza de que esto no va a ser controlado única y exclusivamente por las máquinas, sino que seremos los intermediarios entre la tecnología y el sistema. ¿Qué es la realidad aumentada? Este mundo en el que estamos es el mundo clásico, pero hay otro mundo que vive en paralelo que es el mundo digital. Ahí están las redes sociales, como Facebook y LinkedIn, donde también...
Leer másLa naturaleza del cuidado
Antes caminábamos por donde vivían algunos depredadores para recoger las mejores frutas que crecían en árboles cercanos, hoy cruzamos corriendo la calle entre el tráfico para ahorrar tiempo, es decir, seguimos arriesgándonos para ganar algo. Desde antes de los inicios de la civilización los seres humanos han estado expuestos a riesgos, si en un comienzo éstos eran los propios de la naturaleza, tales como animales salvajes, volcanes, inundaciones, etc., hoy en día estamos expuestos además a los riesgos del trabajo, los que están en permanente evolución y cambio, tanto porque a lo largo del tiempo algunas actividades se dejan de realizar surgiendo otras nuevas, como por el desarrollo tecnológico, que muestra otras formas de hacer el mismo trabajo. En el presente existen trabajadores expuestos a diferentes riesgos, por ejemplo: ruido ocupacional, caída de altura, movimientos repetitivos de extremidades superiores, radiaciones, entre muchos otros. Un aspecto interesante de notar, es que desde el punto de vista de la biología, los seres humanos que cazaban animales y recolectaban alimentos para el sustento, no han cambiado en forma significativa. Nuestro cerebro sigue siendo el mismo órgano que nos permite tomar decisiones y a veces arriesgar para ganar algo. Si antes decidíamos caminar cerca de donde vivían algunos depredadores, para recoger las mejores frutas que crecían en árboles cercanos, hoy cruzamos corriendo la calle entre el tráfico o introducimos la mano en un equipo en movimiento para desatascarlo, es decir, seguimos arriesgándonos para ganar algo. Una explicación y un camino respecto de esta situación nos ofrece el modelo del autocuidado, una idea que nos plantea que las personas tomamos decisiones respecto de nuestros actos, anticipando si las consecuencias serán favorables o desfavorables e influidos por nuestras experiencias, creencias y valores. Consiguientemente, para evitar accidentes, según este modelo, debemos influir en las decisiones de las personas modificando sus creencias, valores y actitudes. Esta forma de entender a las personas en relación con los riesgos, se ha usado en el área de la prevención de forma exitosa por muchos años, especialmente en instancias de capacitación, que buscan un cambio en la manera de pensar de cada individuo, para que “se cuide más”, mediante cursos que señalan la forma segura de hacer las cosas y entregan buenas razones para hacerlo, tales como la salud y bienestar, el proyecto de vida, la familia, entre otras. Pero, al igual que cuando alumbramos con una linterna en la oscuridad, sólo vemos lo que estamos iluminando y lo demás queda a oscuras, el autocuidado nos muestra claramente que las personas podemos evitar accidentes tomando buenas decisiones, enfatizando el aspecto individual de ello, pero nos oculta o hace que pase inadvertida una situación clave: que los seres humanos somos seres sociales. Las personas nos formamos y desarrollamos en la interacción con otros, por lo tanto, cuando decidimos si algo es peligroso o no, lo decidimos en conjunto con los demás. El ámbito de decisión individual al que alude el autocuidado es sólo una parte de la ecuación. De lo anterior también se puede concluir que no basta decirle a la gente que esto o aquello es peligroso, ya que esa percepción se construye socialmente, la construimos entre todos, de esta forma se revela la necesidad de acercarse, vincularse y relacionarse para construir en conjunto, o bien, promover que las personas se vinculen para que puedan ponerse de acuerdo. Así, sostenemos que cuando los miembros de una organización comparten el sentido respecto de diversos aspectos, tales como: porqué ocurren los accidentes o cómo cuidarse, pueden comportarse de manera coherente con los valores que ellos mismos establecen. En contraposición, el imponer o promover...
Leer másNuevas miradas para fortalecer nuestras culturas preventivas
En el IST estamos ampliando la mirada de lo que entendíamos tradicionalmente por prevención de riesgos. Cuando hablábamos en el pasado de seguridad laboral, el foco era optimizar la confiabilidad técnica de máquinas e instalaciones o adaptar el comportamiento individual de los trabajadores. No obstante que las significativas mejoras lograron reducir los accidentes del trabajo, las metodologías y estrategias de es e enfoque comenzaron a ser insuficientes. Es por esta razón que en los últimos años se ha buscado un paradigma más amplio, así el concepto de “cultura preventiva” o “cultura de seguridad” surge como una manera más integral y efectiva de obtener mejores resultados en Seguridad y Salud en el Trabajo (SST); ratificándose dicha idea en el año 2011 cuando Chile suscribe el Convenio 187 OIT. En la aspiración de ampliar nuestra mirada, nos dispusimos a escuchar otros saberes, provenientes –aparentemente- de lugares no vinculados al ámbito de la seguridad. En este contexto “poner la vida al centro” nos ha permitido generar una mirada más comprehensiva y avanzar hacia una visión humanizada e integral de la prevención. Cuidar la vida se ha convertido en el principio inspirador y orientador del IST, lo que implica considerar a cada trabajadora y trabajador como seres humanos integrales, pues una condición esencial es que somos seres eminentemente sociales y relacionales, atributo con el cual constituimos una “red de comunidades” de las cuales somos parte; ya sea en la familia, nuestros barrios, las escuelas de nuestros hijos, y por cierto las organizaciones en las cuales trabajamos. En definitiva, el país es una comunidad compuesta por una red de comunidades, cuyos frutos son siempre el resultado de una acción colaborativa. La vida de las personas y también la de las organizaciones transcurre en el convivir, en la interacción con otros. Estamos en relación con otros, lo veamos o no, estemos conscientes de aquello o no y es en este sistema relacional donde nos constituimos como seres humanos y construimos las realidades de las cuales somos parte, en función de aquello que nos importa y nos interesa cuidar. Poner la vida al centro nos abre la oportunidad de una nueva perspectiva de comprensión de lo humano. Aparecen las dimensiones de nuestras emociones, de nuestros cuerpos y del lenguaje con las cuales generamos los vínculos y construimos la realidad con otros. Así, la realidad es una construcción social, es el resultado de la interacción con otros a través de acciones colaborativas que refuerzan el sentido de comunidad humana. De esta visión deriva nuestra convicción que “una empresa más humana es una empresa más segura”. Entendemos a las empresas como una red de relaciones y conversaciones. Y cuando nuestras conversaciones ponen la vida al centro, aparecen nuevas comprensiones de la seguridad y de la salud en el trabajo, del cuidado y de las estrategias y prácticas organizacionales que las promueven. Así, esto permite entender los sistemas culturales poniendo el énfasis no sólo en el individuo, sino sobre todo en los sistemas en los que este habita, es decir, pasar desde una mirada individual a una mirada sistémica, de lo programado a lo cultural. Por esta razón, en la construcción de una “identidad preventiva” cada organización debe -como imperativo ético- considerar a partir de sus propias capacidades y peculiaridades a lo menos los siguientes pilares: aprendizaje organizacional, inclusión y diversidad, rigurosidad técnica y foco en el desenvolvimiento humano. Sin estos elementos no podemos hablar con propiedad de la existencia de una cultura de cuidado. Entendemos, entonces la Cultura de Cuidado o Cultura de Prevención y Cuidado como el conjunto de creencias, valores y conocimientos construidos colectiva o socialmente...
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