Todas las empresas de Chile deben evaluar y gestionar sus riesgos psicosociales
Una exigencia legal y una oportunidad para el cuidado. Según el “Informe Anual de Estadísticas de Seguridad y Salud en el Trabajo”, en el año 2017 un 8% de las enfermedades profesionales en Chile fueron de origen mental, causando más de 50.000 días perdidos en el año y una media de 21 días perdidos por trabajador. Se ha identificado que las condiciones organizacionales con mayor potencial de afectar la salud mental de los trabajadores corresponden a la forma en que se encuentren definidas las labores y tareas las condiciones y medios en los que las tareas se ejecutan los mecanismos de organización del trabajo la cultura organizacional la calidad de las relaciones interpersonales presentes en el lugar de trabajo Todos ellos son denominados “factores psicosociales en el trabajo”, es decir, situaciones y condiciones inherentes al trabajo relacionadas al tipo de organización, al contenido del trabajo y la ejecución de la tarea, y que tienen la capacidad de afectar, en forma positiva o negativa, el bienestar y la salud (física, psíquica o social) del trabajador y sus condiciones de trabajo. Uno de los principales hitos en relación al abordaje de los factores psicosociales en el trabajo en Chile, fue el “Protocolo de Vigilancia de Riesgos Psicosociales en el Trabajo” del año 2013 publicado por el Ministerio de Salud, el cual establece la obligatoriedad para todas las organizaciones y empresas en Chile de identificar la presencia y nivel de exposición a riesgos psicosociales al interior de su organización, con el fin de generar recomendaciones para disminuir la incidencia y prevalencia de enfermedades de salud mental de origen laboral. La normativa del país establece que la evaluación de los riesgos psicosociales en el trabajo se realice por medio de la metodología SUSESO/ISTAS21, la que tiene por objetivo medir y facilitar la gestión del nivel de riesgo psicosocial del lugar de trabajo a través de la implementación de los siguientes pasos: Conformación de comité de aplicación: Conformado paritariamente entre representes de los trabajadores y la gerencia del lugar de trabajo. Difusión y sensibilización: La que contempla una campaña comunicacional a los trabajadores respecto de qué son los riesgos psicosociales y sus principales efectos en la salud. Aplicación del cuestionario SUSESO/ISTAS 21: En la que se debe garantizar el anonimato y confidencialidad de las respuestas de los trabajadores. Para ello, el IST ha desarrollado una plataforma online que facilita a sus empresas adherentes la aplicación del cuestionario SUSESO/ISTAS 21 y además orienta la gestión de factores psicosociales. Análisis grupal de resultados: Se realiza un levantamiento cualitativo con los trabajadores para comprender los resultados del cuestionario SUSESO/ISTAS 21 en relación al contexto del lugar de trabajo. Diseño de medidas de mejora: El lugar de trabajo debe contar con un programa de trabajo acorde a los resultados obtenidos en la evaluación de riesgos psicosociales. Implementación y monitoreo. La implementación de medidas de mejora se debe realizar acorde al nivel de riesgo del lugar de trabajo. En caso de obtener riesgo bajo, éste se ejecuta en 4 años; riesgo medio en 2 años y riesgo alto, el lugar de trabajo ingresa al programa de vigilancia de riesgos psicosociales en el trabajo. Reevaluación: Posterior a la implementación de las medidas de mejora, el lugar de trabajo aplica nuevamente el cuestionario SUSESO/ISTAS 21 para así evaluar la efectividad de las mejoras ejecutadas. En caso que un lugar de trabajo obtenga riesgo alto en la aplicación del cuestionario SUSESO/ISTAS 21 o que la mutualidad califique una enfermedad de salud mental como de origen laboral, el lugar de trabajo será incorporado al programa de vigilancia de riesgos psicosociales. Éste consiste...
Leer másLa trampa del «silencio operacional»
La trampa del “silencio operacional” impide aprender de los incidentes o accidentes ocurridos. Por cada accidente, ocurrieron previamente múltiples incidentes similares. Chile ha avanzado en los últimos años en la reducción de accidentes del trabajo, gracias a los esfuerzos de empresas, trabajadores, Estado y mutualidades, entre muchos otros actores. Ha sido la sociedad en su conjunto la que ha logrado este mejoramiento, lo que se ve reflejado en indicadores que hoy ubican a Chile a la vanguardia en la región en salud y seguridad en el trabajo. A pesar de la reducción en la tasa de accidentabilidad aún sigue habiendo trabajadores que se accidentan e incluso pierden la vida en su trabajo. Esto nos plantea un gran desafío ya que, a medida que nos acercamos a valores más bajos en la tasa, su reducción se hace más difícil y se hace necesario revisar nuestros actuales paradigmas y las acciones que derivan de ellos. En otras palabras, debemos enriquecer nuestra comprensión del problema y generar acciones más efectivas. Una mirada sistémica Para ello, resulta de gran utilidad revisar un fenómeno que afecta más allá de la prevención de riesgos y que pone la mirada en la gestión de las organizaciones. Durante las últimas décadas, las organizaciones han avanzado considerablemente hacia una visión más sistémica y comprehensiva de su gestión. Esto se refleja en la creciente integración de áreas y disciplinas que con anterioridad funcionaban de manera aislada minando la eficiencia de los procesos. Las organizaciones de hoy promueven el trabajo colaborativo y multidisciplinario, lo que les ha permitido realizar importantes mejoras e innovaciones logrando sinergias antes insospechadas. La gestión de la seguridad y salud en el trabajo -SST- también ha ido siendo integrada progresivamente a la gestión global de muchas organizaciones, algunas de las cuales la llegan a considerar dentro de sus pilares estratégicos. Indudablemente se ha avanzado, y este avance ha tenido mucho que ver con la considerable reducción de la tasa de accidentabilidad. Pero aún queda mucho por hacer. Y para ello es imperativo liderar procesos que profundicen en la integración y el fortalecimiento del trabajo colaborativo. De hecho, los indicadores de SST cada vez son más considerados en su relación con otros indicadores de gestión e interpretados de manera sistémica. Promover la reportabilidad Para avanzar hacia una mirada más sistémica e integradora de la gestión de la SST, un elemento muy importante, que requiere de un resuelto y persistente liderazgo, es el tratamiento que damos a los incidentes/accidentes que están permanentemente ocurriendo en nuestras organizaciones. Sí, permanentemente. Porque aun cuando en ocasiones caemos en la trampa del “silencio operacional” y creemos que “no pasa nada”, está demostrado que, por cada incidente que genera una lesión, han ocurrido múltiples incidentes similares en su causalidad, los que solamente se diferencian en las consecuencias. Al identificar y actuar oportunamente sobre ellos, es posible anticiparse y controlar las causas de eventos no deseados incluso antes de que estos generen daño a las personas. Adicionalmente, las organizaciones que exhiben altos niveles de “reportabilidad”, generan aprendizajes que van más allá de la seguridad, ya que la ocurrencia de incidentes y accidentes es una señal evidente de que existen aspectos de los procesos que no están siendo bien controlados y esa falta de control suele ser causa de otros problemas que atentan contra la eficiencia, la confiabilidad y la continuidad de la operación. Al detectarlos e investigar sus causas, éstos pueden ser eliminados o minimizados. De esta manera, el reporte de incidentes aparece como una acción concreta que contribuye a integrar la gestión preventiva a la gestión global de la organización, eso...
Leer másTalleres para la conversación
Ya era 30 de agosto y me vi llegando a Quilpué cerca del mediodía. La calle Claudio Vicuña en el centro de la ciudad me sorprendió cerrada de tacos y con el sol cayendo a pique sobre las cabezas. Bocinazos, rostros tensos, cansancio. Pensé que ya ninguna ciudad de Chile estaba libre de este ritmo sobre acelerado de las grandes ciudades. En eso estaba cuando escuché un bocinazo detrás. –¡ Apúrate pos viejo! – me gritaron. Ya daban la verde y yo distraído… y el de atrás que viene apurado. Bueno, me dije, así están las cosas. Busqué un estacionamiento y tardé bastante hasta llegar a un subterráneo. Detuve el auto y decidí parar un poco. Venía con las pulsaciones altas con tanto viaje y congestión de tránsito y me esperaban 20 personas – me dije- con las que iba a compartir una conversación que en nuestro equipo sentimos como importante. Sí. 20 personas del Banco. Faltaban 20 minutos para las 2 de tarde cuando abrí la puerta de la sucursal. Aún estaban trabajando, el Banco tiene que funcionar: hay gente depositando, gente que pregunta cosas al guardia. El gerente en su oficina mira el entorno desde sus cristales. Me hace una seña. Ya en su oficina nos reunimos. Me mira con detención, sabe y no sabe a lo que vengo. ¿Cuánto tiempo necesitarás?, me pregunta. -Es relativo, le digo. Pudiera ser que el tiempo que nos haga falta. El Banco ya está sin clientes. Disponemos junto al guardia las sillas en el “hall” central del banco e instalamos el data mirando hacia una muralla blanca. Llegan todos los trabajadores de la sucursal, se sientan. Algunos miran desconfiados, otros saludan con ánimo. Otros, aún desde sus ventanillas de caja, me miran de reojo. Todos de a poco se van sumando. Y conversamos. Hablamos sobre detenerse. Decidimos mirar juntos y concluir que la vida nos lleva súper rápido y que puede ser que mirar al otro y mirarnos desde la detención nos permite valorar lo que queremos. Por lo que cada día nos levantamos en la mañana. Aquello que nos importa. Miramos juntos que pasamos el 50% de nuestra vida en el trabajo. ¡El 50%!. Y que esta realidad nos invita a escuchar a nuestro compañero de oficina, de línea de producción, el que se sienta a nuestro lado en la caja de Banco. Y preguntarle: ¿Quién eres?, ¿Qué quieres de la vida? ¿Qué amas?, ¿Lo sé? ¿Sé lo que mi compañero de trabajo piensa y siente de la vida?, ¿De qué me estoy perdiendo cuando no me detengo a mirar mi vida y a los que me rodean?, ¿Vale la pena hacerlo así? Todos nos miramos; luego de conversar sobre conceptos y experiencias, nuevas competencias para el trabajo de equipo y para nuestras vidas. Y, ya al final, les propongo: ¿Cantemos un ratito? ¿Quieren cantarse y cantarle a su compañero? Entonces, antes de despedirnos, nos regalamos una canción. Cantamos todos juntos, ¡“Me importas tú y tú, y tú…y nadie más que tú! Hay emociones en la sala. Hay abrazos. También llega ese pequeño momento de silencio, donde cada uno de nosotros se mira, visita todo aquello que se ha estado perdiendo. Nos volvemos a abrazar. Ya en el auto, rumbo a Santiago, pienso. Qué regalo me da la vida, poder facilitar que otro se mire y mire a sus compañeros. Se detenga unos instantes y aprecie todo lo que tiene. Y siento que el cuidado de otro y de sí mismo en el trabajo está también en detenerse y valorar ese espacio. Que es un espacio de escucha. Un espacio...
Leer másAprender ¿para el ego o para el mundo?
Me invitaron a participar a una jornada Outdoors (jornada al aire libre de integración y trabajo en equipo) organizada internamente para nuestro equipo de trabajo. Cuando me llegó la invitación no tenía claro para qué era y con el juicio de que podría ser una jornada más de lo que nosotros hacemos, que son experiencias especiales y enriquecedoras. Llegó el día de la jornada y partí con entusiasmo, con sueño y contenta. Para mí es agradable, y siempre es un gusto vivir un Outdoors, el contacto con la naturaleza, el salir y estar con mis compañeros de trabajo desde otra instancia, siempre es un regalo. Fuimos acercándonos al lugar y mis sentidos se empezaron abrir, los aromas empezaron a sentirse; el verde de los bosques, le dieron tranquilidad a mi mirada; el sonido de la brisa y de los pájaros, le dieron paz a mis oídos; el gusto de la comida, me conecta con el disfrute y a medida que mis compañeros llegaban, mi corazón latía con más fuerza; la sensación de estar viva se manifestaba y la podía percibir, ¡estaba en mí y estaba con otros!, la gratitud hacia la Vida se hacía presente. Después tomamos desayuno todos juntos y cuando terminamos, salimos del comedor para empezar con nuestro primer desafío, el conversar con un compañero desde el corazón, en donde se empieza a develar el alma… ya anticipaba lo que podía ser esta jornada, me sentía parte de un solo cuerpo, algo así como un “Yo Somos” en vez de una “Yo Soy”. Hasta que nos dicen que esta jornada es para el aprendizaje de los nuevos integrantes del equipo, quienes serán a la vez, los que van a facilitar los desafíos acompañados por un Coach Senior en estas jornadas y certificarlos como guía Outdoors por la Multiversidad IST…¡ Qué bueno!- pensé; hasta que escucho mi nombre seleccionado como facilitador-aprendiz para ser certificado y, al momento de escucharlo, se me asoman mis propios fantasmas: “me van a evaluar delante de todos”, “tengo miedo”, “¿si lo hago mal y dejo la embarrada?”, “¿y si me bloqueo?”, aparecieron los boicoteadores: “esto no me gusta”, “yo no sirvo para esto”, y en ese momento me olvide de la conexión con la vida, en el “Yo Somos”, me encerré y volví a mirarme el ombligo en un “Yo Soy”. Me designaron grupo, y ¡tenía a 2 Coach que me observarían!, el desafío que tenía que liderar era una vivencia de la confianza, “¿Por qué justo ese desafío me habrá tocado a mí?”, caminé con el grupo hasta el lugar, iba muy nerviosa, seguía olvidándome de la vida y todas esas cosas lindas que en un momento había sentido, ensimismada, con miedo a la evaluación, hasta que llegué al lugar para empezar, y respiré para comenzar. Una vez que empecé a mirar los ojos de mis compañeros, a escuchar sus voces me fui tranquilizando y conectando nuevamente con ellos, caminamos, pasamos por unos puentes, conversamos hasta que hicimos el desafío y mis acompañantes-coach me daban amor, cercanía y feedback, lo pongo en ese orden, porque así lo sentí. Pasaron 3 grupos más, y por cada grupo que pasaba, me sentía más “tomada” por el trío Aprendizaje – Confianza – Conexión. Debo declarar que para mí esta jornada Outdoors fue una de las más poderosas que he vivido, porque pude ver un paradigma en que he habitado mucho tiempo en que “el aprendizaje es para mí” y desde ese lugar aparece mi Ego en Gloria y Majestad (sobre todo cuando ha habido una historia de éxito detrás), se me manifiesta la exigencia desbordada...
Leer másConversando de prevención
En los últimos 30 años los accidentes laborales han bajado de manera considerable en el país, sin embargo hoy estamos en una meseta en términos de resultados, que nos obliga a mirar la prevención en las empresas de manera más amplia. Cada vez que tomamos una postura respecto de qué hacer frente a la seguridad de las personas en su ambiente laboral, tenemos implícitamente, una interpretación de nosotros mismos como seres humanos. Tradicionalmente, en lo laboral, se ha considerado al ser humano principalmente como un ente productivo y pasivo frente a la realidad en la que vive; creemos que esta concepción está agotada. Resulta fundamental entonces, re-preguntarnos sobre el sentido de lo humano, porque conforme a como lo definamos, serán los resultados que obtengamos en lo técnico, lo organizacional y por cierto, en lo preventivo. Creemos que el ser humano es activo y participa en la construcción de la realidad con otros. La mirada social del IST se hace cargo de esto; de mirar la vida concreta del ser humano en sociedad, mirar el cuidado y poner la vida en el centro de toda discusión. Es en la participación donde nos exponemos, donde nos construimos, donde manifestamos nuestro ser humano y social. Sin participación la seguridad nos resulta ajena. En el IST estamos convencidos que una empresa más humana, participativa, cercana, es una empresa más segura. Gerencia Desarrollo...
Leer másContención emocional en Los Vilos
El Jueves 17 de septiembre la zona costera de Los Vilos fue una de las más afectadas por el tsunami tras el terremoto de 8,4° grados Ritcher con epicentro en la Región de Coquimbo que tuvo lugar a las 19,54 frente a Illapel. Con la luz del día se pudo apreciar la destrucción en la Costanera Salvador Allende. Casas y locales comerciales resultaron anegados por la fuerza del mar que ingresó a la ciudad. Días después la tierra seguía temblando con continuas réplicas y una sensación de vulnerabilidad estaba presente en todos los vecinos que se hicieron conscientes de cómo el mar, su aliado, el modo de vida de muchos de ellos, podía avanzar sin límites a lo largo y ancho de su municipio, con una fuera arrasadora, convirtiéndose en un potencial enemigo. Marcial Salinas, Soledad Avaria y Daniel Peñafiel, consultores y psicólogos de la Gerencia de Desarrollo Humano del IST -Instituto de Seguridad del Trabajo- y Andrés López, experto en prevención de riesgos del IST, se desplazaron al lugar para colaborar y desarrollar junto con la Dirección de Desarrollo Comunitario de la Municipalidad de Los Vilos, talleres de apoyo y contención emocional para los trabajadores municipales y para los dirigentes sociales y comunitarios. Dos colectivos al servicio de los suyos, de la comunidad; más jóvenes unos y más mayores otros, más inexpertos unos y más expertos en eso de entender la vida los otros. Todos cansados por los días vividos al cuidado de los otros, conteniendo a los demás y acusando poco a poco ese esfuerzo. Con el tiempo ellos también necesitan contención y ayuda para sobrellevar los días. “En los más mayores aparece el cuidado mutuo como algo natural, es como si sintieran lo que les pasa a los otros, su fragilidad y vulnerabilidad; y esa empatía es muy importante en esos momentos” comenta Soledad, “Volví a casa muy cansada pero me sentía como renacer, agradecida de ver esa grandeza humana que aparece en momentos críticos, de crisis, donde las individualidades se funden en una comunidad, en un todos a una” Marcial nos habla de la necesidad de contención en familias que al regresar a sus casas después de haber sido evacuadas ven todo destrozado y como los padres intentan no demostrar vulnerabilidad ante los niños, que ven su hogar perdido, sus juguetes y, en algunos casos, sus mascotas. Para él no es nuevo asistir a zonas de catástrofe a contener emocionalmente a los afectados. “Me siento agradecido por hacerlo, por poder estar presente. Si bien agota físicamente y te acuestas rendido, al otro día se siente una fuerza inexplicable, llena de compromiso y empatía, que te hace levantar con ganas a escuchar a la gente, de mirar sus ojos y estar para ellos. Después cuando la conversación acaba, me llena de gozo escuchar sus agradecimientos sinceros y sentidos. Esa es mi paga, con eso me voy lleno y agradecido de poder trabajar en una institución que se preocupa de estas situaciones y no le son...
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