Aprendizaje en un mundo de seres diversos

Feb 20, 2015 en aprendizaje, Otros post de interés | 0 comentarios

Aprendizaje en un mundo de seres diversos

Por algún extraño motivo, los seres humanos tendemos a creer que todos pensamos, miramos y aprendemos de la misma manera. Parece que terminamos creyendo que somos XL, L, M o S. A mí me hacía mucho sentido cuando las tallas eran por números… 36, 38, 40, 42… creo que mi físico tenía más en común con los que usaban mi mismo número de talla que con los XL que hoy se mueven por el mundo, los cuales a veces son hasta 10 kilos más gordos, o 8 kilos más flacos, o más largos o más pequeños. O sea, la estandarización de tallas le es más útil al que vende la ropa que al que la va a usar, ya que el primero no se queda con grandes saldos de tallas 36 o 40; y el que tiene que pagar las consecuencias es el usuario, que al final tiene que aceptar mangas demasiado largas, o cuellos demasiado angostos, etc. Incluso han existido intentos por estandarizar al ser humano en lo que a enseñar y aprender se refiere. Bueno en eso les tengo malas noticias a quienes lo han intentado, ya que no todos los seres humanos aprendemos de la misma manera, hay personas más auditivas, otros visuales, e incluso hay kinestésicos que aprenden de diferente manera; con esto debemos sacarnos de la cabeza que un niño o un adulto es tonto porque no aprendió de memoria lo que estaba escrito en la pizarra, es obvio que ese método beneficia a los visuales y perjudica a otros que aprenden de manera diferente. Además hay otros elementos que hacen aún más complejo el panorama, estos elementos se refieren a que, debido a que en el mundo actual estamos sometidos a millones de estímulos a cada minuto, se hace evidente que para poder enseñar algo a alguien tenemos que captar su atención, cuestión difícil si mantenemos los métodos de las décadas de los 60, 70 , 80 o 90; épocas en las que si bien existía la radio y la televisión, aún no estábamos invadidos por la computación , los celulares y los juegos de realidad virtual. O sea, el mundo era diferente, y por lo mismo los estudiantes eran diferentes y a la vez los trabajadores eran diferentes, por lo mismo la forma en que se enseñaba en la escuela o en el trabajo era diferente. Hoy, si queremos lograr aprendizaje en las nuevas generaciones de estudiantes y de trabajadores, debemos hacerlo con herramientas a la altura de los nuevos tiempos. En prevención de riesgos, como en otras especialidades, debemos reconocer al trabajador del siglo XXI como un individuo especial, que está en contacto con la tecnología y con información entretenida durante todo el día; él decide lo que quiere ver, escuchar o aprender, por lo que no podemos ponerlo frente a un especialista que pudiendo saber mucho, no tiene las competencias para cautivar a este exigente alumno. Si no es cautivado no hay aprendizaje, y por ende la actividad de capacitación se podría transformar solo en una pérdida de tiempo o en un llenado de registro sin valor para el trabajador. Hoy no solo los avances tecnológicos en el campo de la electrónica se hacen visibles, hay avances que están marcando el mundo del conocimiento y del aprendizaje, hoy el coaching...

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La felicidad en la empresa

Feb 20, 2015 en Otros post de interés | 0 comentarios

La felicidad en la empresa

  Hace algunos meses recibí una invitación para hablar sobre la felicidad: “Estimada Tania Te escribo en nombre del directorio de la ICF-Internacional, capítulo de Chile, con el objeto de invitarte formalmente a participar como panelista en nuestro IV Encuentro de Coaching. El directorio conoce tu compromiso con el desarrollo de una nueva mirada en las organizaciones y de la búsqueda de un mayor respeto por los valores, la responsabilidad social y el cuidado de las personas. Es por eso que queremos pedirte que compartas tu experiencia, dentro de la propuesta temática del encuentro, que hemos denominado: Coaching, Empresa y Felicidad”. Me puse a conversar con mi equipo, amigos y gente querida. Mi base era que la felicidad -así como la tristeza-, no existe de modo permanente y buscarla como una meta tiene algo de engañoso, es como si fuera un fin… y un estado permanente en el que todo está resuelto. ¿Consiste acaso la felicidad en la ausencia de la tristeza? En una de mis conversaciones con Raúl Ferrada (Director General del Consejo para la Transparencia) me comentó lo siguiente… “Voy más bien por la vida PLENA, donde también hay espacio para la tristeza. Y lo pleno, como lo veo yo, se ancla en el amor y en la libertad”. Hoy le encuentro más razón que nunca. Creo sinceramente que la felicidad tiene más que ver con una “forma de estar”en el mundo, donde la “vida plena” se vive, con la capacidad de estar “presente” en cada momento, con todo aquello que la vida trae: momentos de alegría, temor, entusiasmo, frustración y donde perfectamente cabe la tristeza. ¿Qué será entonces esto de la felicidad? Así pues y gracias a distintas conversaciones, llegué a la filosofía. La pregunta por la felicidad es tan antigua como la filosofía misma. Epicuro por ejemplo, nos enseña Rafael Echeverría, la definía como “una actividad que, mediante discurso y razonamiento, nos procura una vida feliz”. Me gusta todo en esta definición, pues pone a la filosofía en la actividad cotidiana, y no solamente en un sistema, en una especulación o en una contemplación, y me encanta que nos procure o tienda a procurarnos una vida feliz. Sí, esta definición que tiene 23 siglos, me gusta… se trata de pensar mejor para vivir mejor! Un detalle… “pensar mejor”- y esto no lo dice el autor- no puede estar ausente de mirarse y de ser testigo de los propios procesos… en otras palabras, es poner la felicidad declaradamente junto a la sabiduría. Cabe la pregunta entonces ¿es necesaria la sabiduría?? La tradición dice que sí pero, ¿qué nos demuestra que esto es necesario? Nuestro sufrimiento, nuestra insatisfacción. En nuestros programas lo vemos todos los días. Muchos no somos felices cuando todo va mal, lo entiendo, el problema es que muchos tampoco somos felices cuando va todo mas o menos bien!!! Nos falta sabiduría!!!! Echeverría aclara que la filosofía en sus orígenes era considerada como una reflexión al servicio de una mejor vida.Hacer filosofía y vivir bien era algo equivalente. Por tanto, sabiduría no es un acto de ascetismo, de irse a las montañas e “iluminarnos”. La sabiduría se expresa en relación con los otros… Filosofar es una acción que podemos realizar y realizamos frecuentemente; y dado que no está separada de nuestra propia vida ni de nuestra propia...

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Hablando se entiende la gente

Feb 19, 2015 en Otros post de interés | 0 comentarios

Hablando se entiende la gente

El otro día tuve una de esas conversaciones difíciles que no quería tener. Podía haberla evitado, como muchas cosas que cada día nos callamos, pero decidí tenerla por tres motivos. El primero con la persona con la que iba a conversar, a pesar de que la conozco desde hace pocos meses he logrado crear un vínculo amistoso y de cariño. El segundo, porque acababa de certificarme como “Diseñador de Redes Conversacionales”* y, aunque siempre he creído que “hablando se entiende la gente” ahora, además, conozco cómo puedo tener este tipo de conversaciones para llevarlas a buen puerto. El tercero; porque se me presentaba la ocasión de poner en práctica aquello que estaba aprendiendo. Escoger cuidadosamente el contexto donde tener este tipo de conversaciones es fundamental, pero lo es aún más el contexto emocional de los participantes. En este caso lo segundo era fácil de conseguir porque las ganas que yo tenía de proteger el vínculo afectivo con la persona objeto de mi preocupación era mayor que el transmitirle mi enojo por lo ocurrido la tarde anterior. En cuanto la vi y le di los buenos días, ella misma se adelantó a mis propósitos y, sonriente, me dijo “¿hablamos?”, “claro, te iba a pedir lo mismo”. Buscamos instintivamente el mismo sitio donde sentarnos, apartadas del resto de la gente. De momento la cosa empezaba bien, pero aún no sabía cómo iba a continuar; al fin y al cabo la conocía poco, ¿y si estaba muy molesta porque mi enojo fue evidente? ¿y si no era fácil hablar con ella? ¿y si me daba la razón para evitar el posible conflicto pero no se sinceraba conmigo? ¿y si siendo yo sincera lo complicaba más? Y si, y si, y si…. juicios, juicios, juicios….miedos, miedos, miedos…. “Ayer pasó algo ¿verdad?”- “Sí, y no me gustó, quería hablarlo contigo”- “yo también”- “no quiero que la relación entre nosotras se dañe”- “¿conversamos de lo que nos pasó?”- “sí, hablemos” – “¡te enojaste mucho!” – “sí, me dio rabia tu insistencia en finalizar la reunión y en que nos fuéramos todos. Si tú tenías que irte, estaba bien, pero sentí que no nos dabas opción a los demás y yo quería quedarme” – “insistí porque estaba protegiendo a una persona que consideré que estaba siendo injustamente presionada y que era mejor que todos nos fuéramos y así dejarla tranquila” – “yo en cambio pensé que era mejor que alguien se quedara con ella, que no podíamos irnos y dejarla en ese estado y por eso me molesté, porque sentí que no me dabas opción” – “¡pero te enojaste tanto!” – “¿tanto?” – “Siiii” – “lo lamento, efectivamente debía haber reaccionado de otra manera “ – “yo también lo siento, te pido disculpas, de verdad”- “Pero ¿qué nos pasó? Ambas nos fuimos enojadas con la otra cuando el objetivo que teníamos era el mismo!”. Obviamente la conversación fue más larga, las caras de una y otra mostraron expectativa, sorpresa, sonrisas y risa; nuestros cuerpos, encogidos en un momento, se abrazaron al finalizar, y las emociones de tristeza, incertidumbre, paz y alegría tuvieron cada una su momento. Fue una conversación difícil, pero rica y preciosa para mí y creo que también para ella; que sirvió para aclarar las distintas interpretaciones que cada una había hecho de una...

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