Claveles por fusiles
En los años 70 la dictadura de Salazar seguía dominando Portugal. Las colonias africanas del Imperio Portugués, que ocupaban un territorio 22 veces mayor que Portugal, estallaron en revueltas,
lo que obligaba a la dictadura a mantener el orden por la fuerza. La juventud tenía que pasar 2 años en las colonias y no había familia portuguesa que no tuviera un familiar en la línea de fuego, un inválido o un mutilado. Esta situación generaba conflictos entre la sociedad civil, cada vez más empobrecida y librando una batalla que sentía lejana, y la élite militar. Mientras tanto, sus vecinos europeos se descolonizaban y vivían momentos de crecimiento y bonanza económica.
En este contexto de descontento nació, dentro del propio ejército, un movimiento clandestino de disconformidad llamado así mismo “Movimiento de las Fuerzas Armadas” (MFA) que poco a poco fue ganando aceptos deseosos de terminar con el régimen imperante, sabedores de que esto solo podía conseguirse con un golpe de estado, algo que querían hacer evitando a toda costa una guerra civil.
La estrategia fue conseguir sigilosamente el mayor número de seguidores entre los militares, pero el cada vez mayor respaldo al MFA no pasó desapercibido a la Policía Secreta del Régimen lo que adelantó la fecha del golpe de estado, que tenía que hacerse rápidamente para evitar poner en alerta al Gobierno.
Se acordó dar la primera señal para el levantamiento, a través de un conocido programa de la radio Portuguesa. La señal era la canción “Después del adiós” de Paulo de Carvalho y se retransmitió el 24 de abril de 1974 a las 22,55.
La segunda señal,la de toma de posiciones fue otra canción, en otra emisora; esta vez Grândola, Vila Morena, una canción revolucionaria de José Alfonso, prohibida por el régimen. Se emitió al día siguiente, el 25 de Abril, a las 0:25 horas.
A pesar de que en las siguientes horas de la madrugada se emitieron continuos llamamientos radiofónicos de los jefes del MFA a la población para que permaneciera en sus hogares y a la policía para no oponerse con el fin de evitar estallidos violentos, al amanecer de ese mismo día miles de civiles portugueses salieron a las calles en varias localidades con el objetivo de unirse a los militares sublevados.
Una camarera, Celeste Caeiro, regresaba a casa cargada con los claveles de un banquete que se suspendió por la situación, cuando un soldado, desde uno de los tanques sublevados que aguardaba instrucciones en la plaza del Rossio en Lisboa, le pidió un cigarrillo. Cargada como estaba con los claveles, le dio uno. El soldado lo puso en el cañón del tanque y los compañeros repitieron el gesto colocándolos en sus fusiles como símbolo de que no deseaban disparar sus armas. Esta acción rápidamente se extendió por todas las ciudades de Portugal, donde multitudes cargadas de claveles, la flor de temporada, las entregaban a los soldados.
A las 01:00 horas del 26 de abril, la televisión y la radio estatales comunicaron que el MFA encabezado por Spínola, había asumido el control de todo el país y que estaría encargado del gobierno a partir de entonces.
Así, con claveles en los fusiles y en un solo día, sin disparar un solo tiro, los portugueses ganaron una revolución.
El gesto entre Celeste Caeiro, con su clavel, y la respuesta del soldado al recogerlo, nos parece desde el IST un bello ejemplo de cómo una conversación abre posibilidades y transforma el mundo.
Este levantamiento militar se conoce como La Revolución de los Claveles, en portugués Revolução dos Cravos, y provocó la caída en Portugal de la dictadura salazarista que dominaba el país desde 1926, fue el principio para que las últimas colonias portuguesas lograran su independencia un año después (en 1975)y que Portugal se convirtiera dos años después en un estado democrático, aprobando la constitución en 1976.
Más información: http://www.rtve.es/rtve/20140425/40-anos-revolucion-claveles/264254.shtml
Luz Duro Artiach
Jefa de Comunicación Gerencia de Desarrollo Humano
Instituto de Seguridad del Trabajo
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